miércoles, 9 de mayo de 2007

¡Primero fue en Puerto Padre!

Cualquier fecha del almanaque se pinta de maravillas para ofrendarles cariño a las madres. Halagos en enero, flores en noviembre, besos en abril, ternura en agosto, sonrisas en julio…, ¿qué más da minuto, día, semana, mes o año? Sin embargo, en muchos países se ha escogido el segundo domingo de mayo para potenciar en los corazones ese amor sublime por quienes, al decir de un poeta, «son las únicas personas en el mundo que siempre están disponibles».
Las referencias más distantes de esa festividad datan del año 250 AdC, cuando en la antigua Grecia consagraban una jornada de la primavera a honrar a la diosa Gea, esposa de Cronos y madre de Júpiter, Neptuno y Plutón. Después los romanos escogieron tres días del mes de marzo para celebrar un homenaje similar lleno de ofrecimientos a Cybele, diosa de la naturaleza y la fecundación.
Mucho tiempo antes de la llegada de los conquistadores al Nuevo Mundo, las civilizaciones autóctonas rendían su propio tributo a la maternidad por intermedio de la diosa Coyolxauhqui, madre de Huitzilopochtli, el guerrero emblemático de los aztecas. Como prueba de su adoración, le improvisaban fastuosas liturgias donde abundaban las ofrendas de oro y plata con marcadas alegorías a la luna.
Los celtas cuentan con una bonita historia de agasajos a las progenitoras. Ellos dedicaban un día a la diosa Brígida para gratificarle la primera leche ordeñada en la temporada. Los ingleses del siglo XVII, por su parte, asistían a las parroquias para venerar a la virgen María, madre de Jesús. La tradición se combinó luego con la de obsequiarles algo a las madres. Los criados que vivían lejos de sus casas, eran autorizados con la paga para ir a visitarlas en el cuarto domingo de cuaresma, y todos juntos compartían un pastel.
IRRUMPE EL DÍA DE LAS MADRES
La primera persona en proponer «en serio» la instauración de un día para las madres fue la poetisa norteamericana Julia Ward Howe, autora del llamado Himno de Batalla de la República. «Son ellas las que más sufren la pérdida de sus hijos en las guerras. Debemos apoyarlas y convertirlas en abanderadas por la paz», dijo en el documento de solicitud, fechado en el año 1872 en su natal Massachussets.
Su idea no llegó a cristalizar, pero devino antesala para que una paisana suya, Anna Jarvis, afligida por la muerte de la autora de sus días, diera inicio en 1907 a una campaña nacional por correspondencia para que se declarase una fecha en homenaje a las madres. Persistió tanto en su proyecto que obtuvo el apoyo de muchas personas, entre ellas influyentes ministros, congresistas y empresarios.
El primer Día de las Madres reconocido oficialmente se celebró en la iglesia episcopal de Grafton, Virginia Occidental, el 10 de mayo de 1908, segundo domingo del mes y aniversario de la muerte de la mamá de Anna Jarvis. Como las flores preferidas de la difunta habían sido siempre los claveles, desde entonces se utilizan los rojos para honrar a las madres vivas y los blancos para las fallecidas.
La iniciativa tuvo una acogida tal que en 1910 había prendido en todos los territorios de la Unión. ¡Hasta el Congreso debió debatir un proyecto de Ley para otorgarle carácter oficial! Por fin, en 1914, el Presidente Woodrow Wilson firmó el decreto y proclamó el segundo domingo de Mayo como Día de las Madres en los Estados Unidos. Se había creado ya la Asociación del Día Internacional de las Madres, con el propósito de extender la festividad a otras naciones.
SU CELEBRACIÓN EN CUBA
Casi todas las referencias bibliográficas que existen sobre la introducción del Día de las Madres en Cuba, coinciden en señalar a Santiago de las Vegas como la primera localidad donde se festejó la fecha. También identifican a Víctor Muñoz, un conocido periodista de la época, como a su gran promotor, a partir de una crónica suya titulada Mi clavel blanco, que vio la luz en el periódico El Mundo el domingo 9 de mayo de 1920, donde decía: «El día de hoy es el segundo domingo de mayo, que los americanos consagran como el Día de las Madres, y que muchos cubanos quieren destinar al mismo objeto».
Los investigadores aseguran que el mismo día el teatro del Centro de Instrucción y Recreo de Santiago de las Vegas se colmó de público. La convocatoria pretendía homenajear a las madres, y partió de un grupo de intelectuales, cuyos miembros, alentados por Francisco Montoto, patrocinaron un programa donde se recitaron los versos de José Martí a su progenitora y el poema A mi madre, de Diego Vicente Tejera.
Se dice que fue esa la primera celebración pública del Día de las Madres en Cuba. El 22 de abril de 1921, siendo Muñoz concejal del Ayuntamiento capitalino, propuso y logró instituir en toda La Habana ese agasajo. En el año 1928, a propuesta del senador Pastor del Río, la Cámara de Representantes le dio carácter de Ley Nacional, y así el segundo domingo de mayo se oficializó como Día de las Madres.
PRIMERO FUE EN LA VILLA AZUL
Hay pruebas muy sólidas de que Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas, fue la primera localidad cubana en instaurar el Día de las Madres, hecho ocurrido el martes 6 de abril de 1920, es decir, poco más de un mes antes de que Santiago de las Vegas organizara en el teatro de su Centro de Instrucción y Recreo el homenaje citado. Para confirmarlo documentalmente, Sábado, un periódico editado a la sazón en la también llamada Villa Azul, publicó el 19 de abril del año 1952 la siguiente nota:
«El Día de las Madres, tan emocionalmente celebrado siempre en Cuba por iniciativa del laureado periodista Víctor Muñoz, se celebró por primera vez en Cuba en la ciudad de Puerto Padre, por feliz idea del maestro masón Dr. Eduardo Queral Mayo. Con eso no queremos quitarle gloria a quien tiene todo nuestro respeto, pero sería bueno que todo se aclarara (…) Según consta en las actas de la Logia Los Perseverantes, hay un acuerdo que vamos a copiar con certificación del Secretario de aquella venerable Logia y que dice así:
«Atendiendo que es un deber de todo Masón reverenciar a los padres y ayudar al mejoramiento moral e intelectual de la Humanidad, los abajo firmantes proponen:
«QUE sea celebrado el primer domingo de Mayo (el Día de las Madres NdA) en cualquier manera que tienda a demostrar el cariño y el agradecimiento a que es deudor todo hijo.
«Asimismo, proponen que sea designado el primer domingo de Junio a igual fin con relación a los padres.
«(Fdo) Dr. Eduardo Queral Mayo, Enrique Pérez e Ismael Piedra (Aprobado en el Taller, 6 de abril de 1920)»
Como se aprecia, no solo se trata de que Puerto Padre fue el pionero en instituir en Cuba el homenaje a las madres, el 6 de abril de 1920. ¡También fue el primero en celebrarlo en toda la isla! Eso ocurrió el 2 de mayo de 1920, primer domingo de ese mes, es decir, una semana antes del festejo en Santiago de las Vegas. Lo corrobora un editorial publicado en el propio semanario Sábado, con fecha 10 de mayo de 1958, y dirigido al periodista Guillermo Gener, quien escribía por entonces en el rotativo habanero Prensa Libre. Dice:
«Nos hacemos eco en la primera plana de una verdad que no admite en manera alguna polémica de ningún tipo. Guillermo Gener, un periodista que tanto nos agrada leer por su forma llana y sencilla de expresarse, en el colega Prensa Libre, quiere hacer justicia a un grupo de poetas, literatos y periodistas de Santiago de las Vegas y nos habla por tanto de la gloria de haberse instituido en aquella ciudad por primera vez en Cuba en 1920, El Día de las Madres.
«Nos da datos, nos refiere asuntos, nos busca documentos. Es decir, que prácticamente nos lleva al convencimiento de que en Santiago de las Vegas se celebró por primera vez ese gran día en nuestra nación. Pero hay un error, sencillamente porque Guillermo Gener no leyó nuestra edición del 19 de abril de 1952, donde publicamos documentos auténticos acreditativos de que en Puerto Padre se celebró el Día de las Madres el Primer Domingo de Mayo de 1920. En Santiago de las Vegas tuvo efecto el Segundo Domingo de Mayo de 1920, es decir, una semana después que en Puerto Padre.
«A nosotros nos luce, por referencias que tenemos de nuestro buen amigo, el profesor Demetrio Rivero Simón, natural de Santiago de las Vegas, que Guillermo Gener es de aquella simpática ciudad. Bien hace entonces Gener en defender su suelo natal, si es que esto es verdad; pero mucho mejor haría Gener, si salvando localismos, se hiciera eco de esta verdad que seguramente él desconocía, y le diera a Puerto Padre la gloria que bien merece».
Un año después de celebrado en Puerto Padre el Día de las Madres, La Habana celebró el suyo con gran esplendor. Por entonces ya residía en la capital el Dr. Eduardo Queral Mayo, quien cursó un telegrama a sus hermanos de la logia Los Perseverantes en los siguientes términos:
Plaza Habana, Mayo 8 de 1921, las 1.20 pm.
Rafael Nadal
Puerto Padre
Celébrase éxito fiestas de las Madres al igual que establecidas por mí hace un año primero en Cuba.
(fdo.) Dr. Queral
¿Se necesitan más pruebas de que, efectivamente, primero fue en Puerto Padre?

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