lunes, 19 de agosto de 2013

Cuando la suerte ayuda al fotógrafo


En mi quehacer periodístico siempre me ha gustado tener como compañeros de batería a fotógrafos despabilados. Esos que se pasan minutos y más minutos con la pupila incrustada al visor, a la espera del momento preciso de apretar el obturador. Al buen fotógrafo de prensa no lo sorprende la foto, ¡él la sorprende! Solo que, en ocasiones, un poco de suerte no viene del todo mal.
En eso meditaba cuando encontré por un golpe de fortuna en Internet una imagen reciente que me impactó. La tomó el fotógrafo Olivier Morin, de la agencia de noticias AFP, en el curso de la final de la carrera masculina de los 100 metros planos del Campeonato Mundial de Atletismo, que se celebró por estos días en la ciudad rusa de Moscú. 
Es tan insólita que ha levantado suspicacias acerca de su legitimidad entre algunos de los compañeros de profesión del autor. Eso, a pesar de la certidumbre generalizada de que la cámara no puede mentir. El propio Morín lo admite sin sonrojarse: «Se la he mostrado, pero algunos de ellos no le dan total crédito. Sin embargo, les juro que la foto es real». 
En la instantánea se aprecia al multilaureado sprinter jamaicano Usain Bolt, a la postre ganador de la prueba, en plena carrera y bajo un torrencial aguacero, mientras en el fondo, sobre el estadio, se distingue la luz de un rayo cruzando el cielo, suerte de metáfora, de alegoría a la extraordinaria velocidad desplegada sobre la pista por el extraordinario bólido caribeño. 
«Tengo que ser honesto con la opinión pública: en la imagen solo soy responsable del encuadre y del disparador. Evidentemente, el rayo era imprevisible, aunque es cierto que el cielo estaba cargado desde hacía 20 minutos, aproximadamente… y que todos los fotógrafos llevaban 20 minutos intentando captar el rayo. Por eso creo que mi intervención es del 1%. El resto es suerte», comentó Morín luego de hacer pública su foto. 
Agregó que consiguió la imagen con cuatro «disparos» de sus cuatro cámaras, cuando Usaint Bolt estaba a punto de romper el estambre en la meta. Al revisar en los pequeños display, no divisó la presencia del rayo. Solo al ampliar la serie fue consciente de lo que había captado. 
Twitter –la red social donde encontré la imagen-, le dio amplio destaque en sus tweest. También divulgó una y otra vez una declaración de Morín, mezcla de certeza y profecía: «En 25 años nunca me había pasado que un elemento exterior incontrolable defina una fotografía. Ahora sé que si lo intento en los próximos 50 años no lo volveré a conseguir».
Ya numerosos medios digitales especializados del mundo aseguran que la fotografía de Olivier Morín, por lo que significa, pasará a la inmortalidad. «¿En qué lugar habrá que situarla entre las grandes fotografías de deportes de todos los tiempos?, se pregunta un redactor del diario inglés Daily Mail. Otros le pronostican, al seguro, un Premio Pulitzer. 
Yo me adscribo al portal AltFoto: «La fotografía puede ser muchas cosas, pero sin esa pizca de suerte necesaria nada sería lo mismo. Puedes dominar la técnica y los conceptos fotográficos a la perfección; puedes tener un equipo excelente, e, incluso puedes ser previsor y tratar de conseguir la foto de un rayo junto a Usain Bolt. Pero de las decenas de fotógrafos que cubrían el evento, tan solo Olivier la consiguió. Y de eso se trata a veces, de estar en el lugar y en el momento justo».

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