En mi quehacer periodístico siempre me ha gustado tener como compañeros de batería a fotógrafos
despabilados. Esos que se pasan minutos y más minutos con la pupila
incrustada al visor, a la espera del momento preciso de apretar el
obturador. Al buen fotógrafo de prensa no lo sorprende la foto, ¡él la
sorprende! Solo que, en ocasiones, un poco de suerte no viene del todo
mal.
En eso meditaba cuando encontré por un golpe de fortuna en Internet una
imagen reciente que me impactó. La tomó el fotógrafo Olivier Morin, de
la agencia de noticias AFP, en el curso de la final de la carrera
masculina de los 100 metros planos del Campeonato Mundial de Atletismo,
que se celebró por estos días en la ciudad rusa de Moscú.
Es tan insólita que ha levantado suspicacias acerca de su legitimidad
entre algunos de los compañeros de profesión del autor. Eso, a pesar de
la certidumbre generalizada de que la cámara no puede mentir. El propio
Morín lo admite sin sonrojarse: «Se la he mostrado, pero algunos de
ellos no le dan total crédito. Sin embargo, les juro que la foto es
real».
En la instantánea se aprecia al multilaureado sprinter jamaicano Usain
Bolt, a la postre ganador de la prueba, en plena carrera y bajo un
torrencial aguacero, mientras en el fondo, sobre el estadio, se
distingue la luz de un rayo cruzando el cielo, suerte de metáfora, de
alegoría a la extraordinaria velocidad desplegada sobre la pista por el
extraordinario bólido caribeño.
«Tengo que ser honesto con la opinión pública: en la imagen solo soy
responsable del encuadre y del disparador. Evidentemente, el rayo era
imprevisible, aunque es cierto que el cielo estaba cargado desde hacía
20 minutos, aproximadamente… y que todos los fotógrafos llevaban 20
minutos intentando captar el rayo. Por eso creo que mi intervención es
del 1%. El resto es suerte», comentó Morín luego de hacer pública su
foto.
Agregó que consiguió la imagen con cuatro «disparos» de sus cuatro
cámaras, cuando Usaint Bolt estaba a punto de romper el estambre en la
meta. Al revisar en los pequeños display, no divisó la presencia del
rayo. Solo al ampliar la serie fue consciente de lo que había captado.
Twitter –la red social donde encontré la imagen-, le dio amplio destaque
en sus tweest. También divulgó una y otra vez una declaración de Morín,
mezcla de certeza y profecía: «En 25 años nunca me había pasado que un
elemento exterior incontrolable defina una fotografía. Ahora sé que si
lo intento en los próximos 50 años no lo volveré a conseguir».
Ya numerosos medios digitales especializados del mundo aseguran que la
fotografía de Olivier Morín, por lo que significa, pasará a la
inmortalidad. «¿En qué lugar habrá que situarla entre las grandes
fotografías de deportes de todos los tiempos?, se pregunta un redactor
del diario inglés Daily Mail. Otros le pronostican, al seguro, un Premio
Pulitzer.
Yo me adscribo al portal AltFoto: «La fotografía puede ser muchas cosas,
pero sin esa pizca de suerte necesaria nada sería lo mismo. Puedes
dominar la técnica y los conceptos fotográficos a la perfección; puedes
tener un equipo excelente, e, incluso puedes ser previsor y tratar de
conseguir la foto de un rayo junto a Usain Bolt. Pero de las decenas de
fotógrafos que cubrían el evento, tan solo Olivier la consiguió. Y de
eso se trata a veces, de estar en el lugar y en el momento justo».
Leer más...