PRIMERA REINA DEL CARNAVAL
A pesar de que las fiestas populares tienen antiquísima data en el territorio de Las Tunas -las antiguas verbenas lo confirman-, lo que hoy conocemos por carnavales comenzaron a celebrarse por estos predios en 1952. La primera tunera es ser proclamada Reina del Carnaval fue Bertha Maestre de la Cruz (Berthica), por entonces una agraciada joven de 25 años, profesora de guitarra, piano y mecanografía por más señas. Pero el hecho, al contrario de lo que muchas personas creen, no se produjo en 1952, sino en 1954. Según Berthica, quien reside todavía en la casona familiar donde nació hace 80 primaveras, la citada elección no le decidió un jurado, sino el voto popular, a partir de las propuestas de candidatas de las diferentes sociedades de la localidad. Ella ganó por amplia mayoría. Cuando aquello se elegían una Reina del Carnaval y cuatro Damas. En la foto aparece Polito Chacón, alcalde de la ciudad por sustitución (estaba ausente Ernesto Payés, el titular), colocándole a Berthica la corona de Reina del Carnaval. La imagen fue tomada en el escenario de la coronación, situado por la zona de la cafetería Reymar, donde funcionaba un establecimiento regenteado por chinos. Luego la carroza, con sus inquilinas a bordo, realizó un paseo de ida y regreso por toda la Avenida Vicente García.
La terminal de ferrocarril de la ciudad cubana de Victoria de Las Tunas no fue siempre como es ahora. El edificio central era, allá por los inicios del siglo pasado, de paredes de madera y cubierta de zinc. No fue hasta 1927 cuando se levantó de mampostería y tejas francesas, estructura que todavía conserva (foto de 1952). Cerca de allí, en su extremo oeste, existían a la sazón unos enormes corrales, donde los ganaderos de la zona concentraban sus rebaños de reses para embarcarlos luego en los trenes hacia diferentes territorios del país donde serían vendidos. Durante muchos años los tuneros llamaron a esa parte de la ciudad El Paradero. La historia del camino de hierro en esta comarca tuvo su momento fundacional en 1901, cuando terminó de construirse la línea que daría paso al ferrocarril central. El rico terrateniente Don Claudio Aguilar compró en mil pesos la franja de terreno por donde tomaría la ruta. Aproximadamente un año después, al anochecer del 15 de noviembre de 1902, partió de la estación habanera de Villa Nueva con destino a Santiago de Cuba el primer tren comercial que cubrió ese itinerario. Casi 24 horas más tarde, los tuneros lo pudieron contemplar con sus propios ojos. Sin dudas, fue todo un suceso para la época.
Según los libros de actas del Ayuntamiento de Victoria de Las Tunas, la historia de la estatua de mármol de Carrara que honra al Mayor General Vicente García en el parque que lleva su nombre comienza el 6 de abril de 1911, cuando el concejal Gaspar Cruz solicita a sus colegas brindarle todo el apoyo posible a una comisión encargada de recudar fondos para materializar la iniciativa. En la reunión, además, se acuerda enrolar en la financiación a todos los ayuntamientos cubanos, por lo cual se les cursa una petición para que contribuyan con pequeñas cantidades de dinero. Finalmente, la estatua fue inaugurada el 10 de octubre de 1915 con un acto donde usó de la palabra el doctor Alfredo Zayas, quien años después sería Presidente de la República. El costo de las actividades ascendió a 285 pesos. La foto que acompaña esta nota data de esa fecha, y en ella se aprecia -aunque no con la suficiente claridad- la escultura de marras con una tela por encima, indicio de que aún no había sido develada. El 25 de agosto del propio 1915, antes de su inauguración, el Ayuntamiento decidió que la estatua que inmortaliza al León de Santa Rita se situara de modo que su frente diera a la calle Vicente García, con la iglesia de perfil.
ACCIDENTE FERROVIARIO 1945
El 14 de julio de 1945, pasado el mediodía, la ciudad cubana de Victoria de las Tunas fue sacudida por una terrible noticia: un tren de pasajeros, procedente de La Habana y con destino a Santiago de Cuba, se accidentó en las proximidades del aserrío Hermanos Lima, a menos de un kilómetro de la estación ferroviaria local, con dramático saldo de 28 muertos y 25 heridos. Según atestiguan los periódicos de la época, las causas del siniestro estuvieron relacionadas con el descarrilamiento de la locomotora de vapor y su posterior impacto contra un chucho ferroviario. Ambas contingencias provocaron un verdadero caos entre los coches de pasajeros y de carga, que, al colisionar violentamente entre sí, terminaron convertidos en amasijos de hierro. Hubo que recurrir a los métodos más inverosímiles para poder sacar a los sobrevivientes de su interior. El pueblo tunero, avisado por las sirenas de alarma, acudió al lugar de la tragedia para cooperar en todo lo que fuera posible. La historia de Las Tunas no recoge en sus anales un accidente de tan dramáticas consecuencias.
LA COMADRONA DE LA CIUDAD
El 14 de julio de 1945, pasado el mediodía, la ciudad cubana de Victoria de las Tunas fue sacudida por una terrible noticia: un tren de pasajeros, procedente de La Habana y con destino a Santiago de Cuba, se accidentó en las proximidades del aserrío Hermanos Lima, a menos de un kilómetro de la estación ferroviaria local, con dramático saldo de 28 muertos y 25 heridos. Según atestiguan los periódicos de la época, las causas del siniestro estuvieron relacionadas con el descarrilamiento de la locomotora de vapor y su posterior impacto contra un chucho ferroviario. Ambas contingencias provocaron un verdadero caos entre los coches de pasajeros y de carga, que, al colisionar violentamente entre sí, terminaron convertidos en amasijos de hierro. Hubo que recurrir a los métodos más inverosímiles para poder sacar a los sobrevivientes de su interior. El pueblo tunero, avisado por las sirenas de alarma, acudió al lugar de la tragedia para cooperar en todo lo que fuera posible. La historia de Las Tunas no recoge en sus anales un accidente de tan dramáticas consecuencias.
LA COMADRONA DE LA CIUDAD
Entre las mujeres que dejaron una impronta eterna e inolvidable en la ciudad de Victoria de las Tunas figura Umbelina Fontaine, una comadrona que, durante más de 40 años, ayudó a venir al mundo a cientos de niños tuneros. No pocas personalidades del territorio fueron recibidas al nacer por las manos venerables de aquella morena humilde, sobrina de Eduardo Vidal Fontaine (Lalo), comandante del Ejército Libertador y primer alcalde la Victoria de las Tunas. Por su pericia como partera, a Umbelina la buscaban desde cualquier parte y a cualquier hora en los más disímiles medios de transporte: a caballo, en carretones, en bicicletas, a pie... La gente daba por hecho que ella, persona noble y humanitaria, jamás diría que no. A pesar de ser una comadrona empírica, trabajó siempre con una mesa obstétrica portátil y con instrumental esterilizado. Nunca lamentó la muerte de un vejigo. Se jubiló después del triunfo de la Revolución, luego de haber trabajado en varias clínicas de la ciudad., como la del doctor Plasencia. Umbelina falleció hace algunos años en su entrañable Cantarrana, el barrio donde vivió buena parte de su vida, rodeada del cariño de amigos, familiares y vecinos.
3 comentarios:
hola juan que linda pagina
me encantaria escribirle en privado y compartirle algunas cosa
fotos escritos etc
abrazo pedro silva un servidor
Respuesta de Yolanda Casanova al reinado de Victoria de las Tunas:
Perdone señor Juan Morales pero me parece que Ud. no le informaron bien sobre el certamen de reina de los Carnavales de Tunas cuando Bertica Maestre la coronaron de Reina sin haber salido, pues ya había renunciado a no participar hacía un mes.
La Reina que el pueblo eligió fue a Elda Casanova, pero todo el pueblo conocía a Luis Cabrera Pamia y lo sinvergüenza y chanchullero que era y puso a Bertica; y a Elda le quitó el reinado y la cerveza Cristal la nombró la Reina del pueblo la coronó y sacó en la carroza de la Cerveza Cristal patrocinadora del evento.
Nota: La versión de la Sra. Casanova la recuerdo como ella relata en la nota publicada en Facebook.
Respuesta de Yolanda Casanova al reinado de Victoria de las Tunas:
Perdone señor Juan Morales pero me parece que Ud. no le informaron bien sobre el certamen de reina de los Carnavales de Tunas cuando Bertica Maestre la coronaron de Reina sin haber salido, pues ya había renunciado a no participar hacía un mes.
La Reina que el pueblo eligió fue a Elda Casanova, pero todo el pueblo conocía a Luis Cabrera Pamia y lo sinvergüenza y chanchullero que era y puso a Bertica; y a Elda le quitó el reinado y la cerveza Cristal la nombró la Reina del pueblo la coronó y sacó en la carroza de la Cerveza Cristal patrocinadora del evento.
Nota: Ests nota publicada en Facebook por Yolanda Casanova es la versión que recuerdo. Fue un escándalos que aún recordamos los "Viejos Tuneros de esa época.
Orlando Pascual Cruz
Octubre 3, 2016.
Miramar.
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