El poblado de Omaja, en el municipio tunero de Majibacoa, tiene una historia muy interesante. Lo construyeron al estilo del oeste norteamericano y hasta sus calles tenían nombres en inglés: Kreider, Frankbert, Blosser, Mahan... Los primeros colonos procedentes del norte llegaron allí en 1906.
Al naciente emporio los recién llegados lo nombraron Buenavista Fruit Company. En aquellas tierras que un tal Lico Gómez les vendió a precio irrisorio encontraron monte y manigua. Pero también un filón natural de enriquecimiento por la vía de las maderas preciosas y la siembra de cítricos.
Al naciente emporio los recién llegados lo nombraron Buenavista Fruit Company. En aquellas tierras que un tal Lico Gómez les vendió a precio irrisorio encontraron monte y manigua. Pero también un filón natural de enriquecimiento por la vía de las maderas preciosas y la siembra de cítricos.
Entre 1909 y 1910 se terminó en las inmediaciones de Omaja el tramo de vía del Ferrocarril Central. Al inaugurarse la estación, se le puso por nombre Majibacoa, la denominación que le daban los lugareños a su comarca. Los norteamericanos pretendieron cambiarlo por el de Omaha, nombre de una tribu de pieles rojas de su tierra natal en Norteamérica.
Durante un buen tiempo ambos bandos insistieron en ganar la porfía por intermedio del cartel que identificaba al pueblo. Una noche los colonos estadounidenses lo desmontaban y permutaban Majibacoa por Omaha, y la próxima los nativos hacían lo mismo, pero trocando Omaha por Majibacoa.
Como dice Jaime Sarusky en su obra Los fantasmas de Omaha, «cubanos y norteamericanos, al disputarse los apelativos de Majibacoa y Omaha estaban defendiendo un nombre indio. El colonizador trataba de imponer el suyo; el colonizado, defendiendo el propio, se defendía a sí mismo. Aun así, Omaha se tuvo que modificar y adaptarse: perdió la H y ganó la J cubanizándose».
Según el censo de 1919, Omaja contaba por entonces con 2381 habitantes de varias nacionalidades, como finlandeses, suecos, canadienses... Tenía 13 comercios, tres hoteles, un centro telefónico, un cine silente, dos panaderías, dos cementerios (uno para los cubanos y otro para los norteamericanos), una agencia automotor Ford, dos aserríos y un taller de ebanistería.
Durante un buen tiempo ambos bandos insistieron en ganar la porfía por intermedio del cartel que identificaba al pueblo. Una noche los colonos estadounidenses lo desmontaban y permutaban Majibacoa por Omaha, y la próxima los nativos hacían lo mismo, pero trocando Omaha por Majibacoa.
Como dice Jaime Sarusky en su obra Los fantasmas de Omaha, «cubanos y norteamericanos, al disputarse los apelativos de Majibacoa y Omaha estaban defendiendo un nombre indio. El colonizador trataba de imponer el suyo; el colonizado, defendiendo el propio, se defendía a sí mismo. Aun así, Omaha se tuvo que modificar y adaptarse: perdió la H y ganó la J cubanizándose».
Según el censo de 1919, Omaja contaba por entonces con 2381 habitantes de varias nacionalidades, como finlandeses, suecos, canadienses... Tenía 13 comercios, tres hoteles, un centro telefónico, un cine silente, dos panaderías, dos cementerios (uno para los cubanos y otro para los norteamericanos), una agencia automotor Ford, dos aserríos y un taller de ebanistería.
El declive de Omaja comenzó en 1928, con la construcción de la carretera central, que no la tuvo en cuenta en su trazado. Este hecho motivó que muchos pobladores se trasladaran para los vecinos poblados de Las Parras, Gastón y Buena Ventura, por donde sí pasó la vía de comunicación.
A diferencia de la mayoría de los pueblos cubanos -y tal vez también por ser metodista desde su findación.-, Omaja no dispone de iglesia católico-romana. Se conoce que en el pasado hubo allí una pequeña población de católicos que organizaban una misa con un sacerdote de una comarca cercana. .
A diferencia de la mayoría de los pueblos cubanos -y tal vez también por ser metodista desde su findación.-, Omaja no dispone de iglesia católico-romana. Se conoce que en el pasado hubo allí una pequeña población de católicos que organizaban una misa con un sacerdote de una comarca cercana. .
5 comentarios:
Omaja es una reliquia histórica abandonada a merced del deterioro y de la falta de gestión de una generación que ha crecido ajena al valor histórico y sentimental que atesora esta exótico poblado.A nadie le interesa conservar las raices de nuestros antepasados ni los nexos que siempre han unido al pueblo cubano con el norteamericano.Por ello lo más probable es que la aunténtica Omaja desaparezca un dia y con ello se entierre todo su histórico pasado.
Omaja es una reliquia histórica abandonada a merced del deterioro y de la falta de gestión de una generación que ha crecido ajena al valor histórico y sentimental que atesora esta exótico poblado.A nadie le interesa conservar las raices de nuestros antepasados ni los nexos que siempre han unido al pueblo cubano con el norteamericano.Por ello lo más probable es que la aunténtica Omaja desaparezca un dia y con ello se entierre todo su histórico pasado.
Muy bueno el resumen. Le dejo un enlace a una entrada sobre Omaja en mi blog. Saludos.
http://elhotelcamaguey.blogspot.ca/2015/08/omaja-uno-de-los-pueblos-que-nacieron.html
Muy buena historia es por eso que llevo desde noviembre tratando de que el registro civil de Omaja me responda y confronte mis datos con los libros que mandaron nombres y apellidos mal escrito cuando yo tengo los certificados correctos del 2018 que hacer para que este registro responda será que ya es un pueblo fantasma y no queda nada ? No me lo creo soy de Playa y he mandado correos a la directora de las Tunas dando la queja y nada nadie responde tendre que ir de La Habana para las Tunas Majibacoa y verificar para seguir completando la historia de este pueblo olvidado.
31296100
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