A juzgar por las referencias históricas existentes en el municipio de Jobabo, el primer cine-teatro del que se tengan noticias en esa localidad de la provincia cubana de Las Tunas data de 1918, seis años después de la fundación del antiguo ingenio azucarero que después de 1959 fue bautizado con el nombre de Perú.
La instalación cultural tuvo una vida relativamente efímera, pues un incendio de grandes proporciones la redujo a cenizas en 1929. El pueblo no volvió a disfrutar del cinematógrafo hasta el 14 de septiembre de 1937, cuando abrió sus puertas el teatro Encanto -llamado hoy 30 de Diciembre (foto)- con el filme español «La verbena de la paloma», del realizador Benito Perojo.
El cine contaba en su planta baja con 400 lunetas de madera, el escenario, una cafetería y la taquilla. Encima, las gradas (también llamadas gallinero), con capacidad para acomodar unas mil personas, y la cabina de proyección. Sus funciones comenzaban con el lanzamiento de un fuego artificial.
Todos los días, a partir de las 8 de la noche, se llevaba a cabo la proyección de una película, casi siempre de factura norteamericana, aunque las había también de otras nacionalidades, como españolas y mexicanas. Los fines de semana se exhibían dos tandas, siempre con inicio a las 7 de la noche.
Todos los días, a partir de las 8 de la noche, se llevaba a cabo la proyección de una película, casi siempre de factura norteamericana, aunque las había también de otras nacionalidades, como españolas y mexicanas. Los fines de semana se exhibían dos tandas, siempre con inicio a las 7 de la noche.
Además de proyectar películas, el inmueble solía acoger todos los años agrupaciones de teatro vernáculo como la compañía de variedades «Castani», propiedad de un popular actor que actuaba como gallego.
También hacía temporada en el pueblo la no menos carismática compañía del comediante Enrique Arredondo, quien años después haría época en la televisión cubana con personajes como Bernabé y Cheo Malanga.
También hacía temporada en el pueblo la no menos carismática compañía del comediante Enrique Arredondo, quien años después haría época en la televisión cubana con personajes como Bernabé y Cheo Malanga.
El escenario del cine jobabense fue también anfitrión de combates de boxeo donde intercambiaron trompadas púgiles de la talla del cubano Gerardo González (Kid Gavilán, 1926-2003), quien fue campeón mundial de la división welter en 1951 y luego miembro del Salón de la Fama de ese deporte.
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