sábado, 8 de enero de 2011
Cartas sobre la silla
La copiosa papelería del desaparecido investigador y promotor cultural tunero Raúl Addine Simón (Belén, 1918 - Las Tunas, 1985), disponible para su consulta en el Archivo Histórico Provincial, reserva siempre interesantes sorpresas.
Por su intermedio me entero de una curiosa singularidad de los servicios postales tuneros en el último cuarto del siglo XIX. Por entonces la correspondencia entre las ciudades de Holguín y Victoria de Las Tunas (76 kilómetros) se trasladaba... ¡a caballo!
En efecto, un señor nombrado Eduardo Aguilera ejercía en ese tiempo el oficio de correo andante. Todos los martes, al amanecer, ensillaba su cabalgadura y tomaba por trillos y caminos rumbo a nuestra ciudad, a la cual llegaba 24 horas después con sus alforjas repletas de cartas, documentos y envoltorios.
Victoria de Las Tunas vino a tener Oficina de Correos y Telégrafos en 1899. Su primer administrador, Claudio Aguilar Cordero, fue designado por el general intervencionista yanki Leonard Wood. Luego la dependencia pasó a funcionar en el Palacio Municipal hasta 1950, en que se terminó el local donde cumple aún su encomienda social, frente al parque Vicente García.
En la foto aparece la antigua Oficina de Correos de Victoria de Las Tunas, demolida en 1937. El local actual -más pequeño que su antecesor- fue remozado cuando el bicentenario de la ciudad (1996). Para entonces se le incorporaron en la parte delantera las columnas que una vez perdió.
Leer más...
lunes, 3 de enero de 2011
El cine de Jobabo

La instalación cultural tuvo una vida relativamente efímera, pues un incendio de grandes proporciones la redujo a cenizas en 1929. El pueblo no volvió a disfrutar del cinematógrafo hasta el 14 de septiembre de 1937, cuando abrió sus puertas el teatro Encanto -llamado hoy 30 de Diciembre (foto)- con el filme español «La verbena de la paloma», del realizador Benito Perojo.
El cine contaba en su planta baja con 400 lunetas de madera, el escenario, una cafetería y la taquilla. Encima, las gradas (también llamadas gallinero), con capacidad para acomodar unas mil personas, y la cabina de proyección. Sus funciones comenzaban con el lanzamiento de un fuego artificial.
Todos los días, a partir de las 8 de la noche, se llevaba a cabo la proyección de una película, casi siempre de factura norteamericana, aunque las había también de otras nacionalidades, como españolas y mexicanas. Los fines de semana se exhibían dos tandas, siempre con inicio a las 7 de la noche.
Todos los días, a partir de las 8 de la noche, se llevaba a cabo la proyección de una película, casi siempre de factura norteamericana, aunque las había también de otras nacionalidades, como españolas y mexicanas. Los fines de semana se exhibían dos tandas, siempre con inicio a las 7 de la noche.
Además de proyectar películas, el inmueble solía acoger todos los años agrupaciones de teatro vernáculo como la compañía de variedades «Castani», propiedad de un popular actor que actuaba como gallego.
También hacía temporada en el pueblo la no menos carismática compañía del comediante Enrique Arredondo, quien años después haría época en la televisión cubana con personajes como Bernabé y Cheo Malanga.
También hacía temporada en el pueblo la no menos carismática compañía del comediante Enrique Arredondo, quien años después haría época en la televisión cubana con personajes como Bernabé y Cheo Malanga.
El escenario del cine jobabense fue también anfitrión de combates de boxeo donde intercambiaron trompadas púgiles de la talla del cubano Gerardo González (Kid Gavilán, 1926-2003), quien fue campeón mundial de la división welter en 1951 y luego miembro del Salón de la Fama de ese deporte.
Leer más...
sábado, 25 de diciembre de 2010
Breve historia de Omaja

El poblado de Omaja, en el municipio tunero de Majibacoa, tiene una historia muy interesante. Lo construyeron al estilo del oeste norteamericano y hasta sus calles tenían nombres en inglés: Kreider, Frankbert, Blosser, Mahan... Los primeros colonos procedentes del norte llegaron allí en 1906.
Al naciente emporio los recién llegados lo nombraron Buenavista Fruit Company. En aquellas tierras que un tal Lico Gómez les vendió a precio irrisorio encontraron monte y manigua. Pero también un filón natural de enriquecimiento por la vía de las maderas preciosas y la siembra de cítricos.
Al naciente emporio los recién llegados lo nombraron Buenavista Fruit Company. En aquellas tierras que un tal Lico Gómez les vendió a precio irrisorio encontraron monte y manigua. Pero también un filón natural de enriquecimiento por la vía de las maderas preciosas y la siembra de cítricos.
Entre 1909 y 1910 se terminó en las inmediaciones de Omaja el tramo de vía del Ferrocarril Central. Al inaugurarse la estación, se le puso por nombre Majibacoa, la denominación que le daban los lugareños a su comarca. Los norteamericanos pretendieron cambiarlo por el de Omaha, nombre de una tribu de pieles rojas de su tierra natal en Norteamérica.
Durante un buen tiempo ambos bandos insistieron en ganar la porfía por intermedio del cartel que identificaba al pueblo. Una noche los colonos estadounidenses lo desmontaban y permutaban Majibacoa por Omaha, y la próxima los nativos hacían lo mismo, pero trocando Omaha por Majibacoa.
Como dice Jaime Sarusky en su obra Los fantasmas de Omaha, «cubanos y norteamericanos, al disputarse los apelativos de Majibacoa y Omaha estaban defendiendo un nombre indio. El colonizador trataba de imponer el suyo; el colonizado, defendiendo el propio, se defendía a sí mismo. Aun así, Omaha se tuvo que modificar y adaptarse: perdió la H y ganó la J cubanizándose».
Según el censo de 1919, Omaja contaba por entonces con 2381 habitantes de varias nacionalidades, como finlandeses, suecos, canadienses... Tenía 13 comercios, tres hoteles, un centro telefónico, un cine silente, dos panaderías, dos cementerios (uno para los cubanos y otro para los norteamericanos), una agencia automotor Ford, dos aserríos y un taller de ebanistería.
Durante un buen tiempo ambos bandos insistieron en ganar la porfía por intermedio del cartel que identificaba al pueblo. Una noche los colonos estadounidenses lo desmontaban y permutaban Majibacoa por Omaha, y la próxima los nativos hacían lo mismo, pero trocando Omaha por Majibacoa.
Como dice Jaime Sarusky en su obra Los fantasmas de Omaha, «cubanos y norteamericanos, al disputarse los apelativos de Majibacoa y Omaha estaban defendiendo un nombre indio. El colonizador trataba de imponer el suyo; el colonizado, defendiendo el propio, se defendía a sí mismo. Aun así, Omaha se tuvo que modificar y adaptarse: perdió la H y ganó la J cubanizándose».
Según el censo de 1919, Omaja contaba por entonces con 2381 habitantes de varias nacionalidades, como finlandeses, suecos, canadienses... Tenía 13 comercios, tres hoteles, un centro telefónico, un cine silente, dos panaderías, dos cementerios (uno para los cubanos y otro para los norteamericanos), una agencia automotor Ford, dos aserríos y un taller de ebanistería.
El declive de Omaja comenzó en 1928, con la construcción de la carretera central, que no la tuvo en cuenta en su trazado. Este hecho motivó que muchos pobladores se trasladaran para los vecinos poblados de Las Parras, Gastón y Buena Ventura, por donde sí pasó la vía de comunicación.
A diferencia de la mayoría de los pueblos cubanos -y tal vez también por ser metodista desde su findación.-, Omaja no dispone de iglesia católico-romana. Se conoce que en el pasado hubo allí una pequeña población de católicos que organizaban una misa con un sacerdote de una comarca cercana. .
Leer más...
A diferencia de la mayoría de los pueblos cubanos -y tal vez también por ser metodista desde su findación.-, Omaja no dispone de iglesia católico-romana. Se conoce que en el pasado hubo allí una pequeña población de católicos que organizaban una misa con un sacerdote de una comarca cercana. .
miércoles, 22 de diciembre de 2010
El nacimiento de las siamesas
martes, 14 de diciembre de 2010
Inefable Jorge Luis Borges

INSTANTES
Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico, correría más riesgos, haría más viajes,
contemplaría más atardeceres, subiría más montañas,
nadaría más ríos, iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios...
Yo fui una de esas personas
que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás
trataría de tener solamente buenos minutos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos.
No te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.
Si pudiera volver a vivir viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo
a principios de la primavera
y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años
y sé que me estoy muriendo.
(Jorge Luis Borges)
Leer más...
(Jorge Luis Borges)
sábado, 11 de diciembre de 2010
La pelota viajera

Llegábamos con la intermitencia de quienes no tienen apuro. César, con su estropeado guante zurdo, regalo de un primo que quiso una vez ser pelotero; Alberto, arreos y careta en ristre; Jorge Alba, el único que tiraba curvas entre nosotros; Humberto, con un bate de majagua fabricado a machetazos... Obvia decir que ser propietario de uno de aquellos implementos garantizaba la inclusión en alguna de las novenas en posición y turno privilegiados.
Jugar en El Campito no era miel sobre hojuelas. Se las traía por sus irregularidades topográficas, mitad tierra y mitad cemento. Imponía que los jardineros derecho y central se situaran a más de medio metro sobre el nivel del resto de las posiciones, entre los aparatos de un parque infantil; que el antesalista y el torpedero casi pegaran las espaldas a la cerca; que el left field jugara mucho más allá del límite perimetral, en medio de una calle; que el segunda base y el inicialista tomaran posiciones cercanas al lanzador...
Aquel domingo estábamos los de siempre y recién comenzaba el juego. Cada cual ocupó su sitio habitual. En la lomita de uno de los equipos se trepó el gordo Jorge Alba, quien, durante el calentamiento, hizo sonar sabroso la mascota de su receptor con aquella, nuestra única pelota disponible, forrada esa mañana con esparadrapo y empolvada luego con ceniza caliente para, según se aseguraba, facilitar el agarre y hacerla menos pegajosa al tacto.
Aquel domingo estábamos los de siempre y recién comenzaba el juego. Cada cual ocupó su sitio habitual. En la lomita de uno de los equipos se trepó el gordo Jorge Alba, quien, durante el calentamiento, hizo sonar sabroso la mascota de su receptor con aquella, nuestra única pelota disponible, forrada esa mañana con esparadrapo y empolvada luego con ceniza caliente para, según se aseguraba, facilitar el agarre y hacerla menos pegajosa al tacto.
Pero —¡ay!—, Jorge llegó a realizar solamente un lanzamiento oficial hacia la goma. El hombre al bate, bien plantado con la majagua, le hizo swing y levantó un fly de foul hacia atrás, bien elevado, casi perpendicular con la calle por donde transitan los carros que se dirigen hacia la ciudad de Las Tunas.
Sucedió entonces algo extraordinario: en ese preciso instante acertó a pasar por la vía un transporte serrano —guarandinga, como le llamaban entonces— repleto de pasajeros. Y como las casualidades existen para que ocurran, la pelota, al descender, cayó exactamente sobre el maletero, situado en el techo del vehículo, entre la paquetera y hasta los animales que se suelen cargar allí .
Cuando vinimos a darnos cuenta, ya la inoportuna guarandinga se había alejado lo suficiente como para no poder darle alcance ni con la voz ni con las piernas. Ni uno solo de los viajeros se había percatado del intempestivo abordaje de aquella intrusa de última hora, sin la cual nuestro encuentro dominical de pelota estaba condenado irremediablemente a irse a bolina.
Pasmados e incrédulos, perdida en calidad de «polizona» la única pelota en existencia por causa de aquel golpe del azar totalmente fuera de cálculo, recogimos el magro equipamiento y nos despedimos a deshora con la promesa de inventar algo, cualquier cosa, para la próxima cita dominguera.
Cuando retornamos a nuestros hogares —derrotados y cariacontecidos— más de un padre nos salió al paso con aquello de «¡pero cómo se les ocurre, muchachos...!» Y a pesar del respeto que nos inspiraban, más de uno les respondimos con una silenciosa pero elocuente torcida de ojos.
Leer más...
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Recordando a John Lennon

El 9 de octubre de 1940, después de 30 horas de parto, Julia Lennon dio a luz a John... Casi 15 años después, Julia murió atropellada por un auto, por lo que John terminó de criarse con su tía materna, Mimi Smith... A los cinco años de edad lo expulsaron del colegio por mal comportamiento y era frecuente encuchar en sus evaluaciones esta frase: «este niño va camino del fracaso»... El primer instrumento musical que tuvo fue un acordeón, y el segundo, una armónica... A los 15 años de edad, idolatraba a Elvis Presley... Por esa época conoció a Paul McCartney, quien también acababa de perder a su madre... La primera banda que John Lennon formó fue «The Quarry Men», en 1957... John se hizo roquero después de oír «Heartbreak Hotel», de Elvis... Sufrió de dislexia y sin anteojos era legalmente ciego... No soportaba la oscuridad, por lo que mantenía una luz encendida cuando dormía... Adoraba a los gatos, y en un tiempo llegó a tener seis en su casa... Creía en la reencarnación y bebía de 20 a 30 tazas de te o café por día... A fines de los años 60, compró su propia isla privada en la costa de Irlanda... Comía poco, especialmente después de 1965, cuando un periodista lo llamó «el Beatle gordo» (the fat Beatle)... Cuando Cynthia Powell, una de sus esposas, dio a luz a su hijo Julian, John tuvo que entrar disfrazado al hospital por el acoso de las fans... Una vez disuelto el grupo, comentó en una entrevista: «...es agradable poder andar por la calle sin ese tremendo culo llamado Beatles tras de uno...»... El 8 de diciembre de 1980, horas antes de ser asesinado, fue fotografiado por última vez, desnudo y abrazado a su esposa, Yoko Ono... La foto la tomó Annie Leibovitz para una portada de la revista «Rolling Stone» y fue seleccionada en el año 2005 como Mejor Portada de la Historia... Durante un concierto en Londres, John balbuceó palabras sin sentido. Luego explicó que el ruido era tan grande que pensó que nadie lo escucharía, no importando qué dijera... El asesino de Lennon, David Chapman, eligió matar al ex-Beatle de entre una lista de famosos, en la que figuraba también la actriz Elizabeth Taylor... Yoko Ono dispuso que el cuerpo de Lennon fuera cremado el miércoles 10 de diciembre de 1980...
ALGUNAS DE SUS FRASES CÉLEBRES
-«No puedo creer que me condecoren. Creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras» (En el agradecimiento a la Reina Isabel, quien en 1965 lo nombró Miembro de la Orden del Imperio Británico. Poco atraído por esos lujos, John le regaló la conmdecoración a su tía Mimi).
-«Técnicamente no soy muy bueno, pero puedo hacer aullar y mover una guitarra». (Solía decir eso de sí mismo. Pero Lennon supo combinar lo más puro del rock and roll con las melodías elegantes. Por su versatilidad, creatividad y originalidad, su obra parece compuesta por mentes diferentes).
-«La vida es aquello que nos va sucediendo mientras nos empeñamos en hacer otros planes». (Esta era una de sus frases favoritas más conocidas En una oportunidad también afirmó "Mientras más realidad enfrentamos, más nos damos cuenta de que la irrealidad es el programa principal del día").
-«Técnicamente no soy muy bueno, pero puedo hacer aullar y mover una guitarra». (Solía decir eso de sí mismo. Pero Lennon supo combinar lo más puro del rock and roll con las melodías elegantes. Por su versatilidad, creatividad y originalidad, su obra parece compuesta por mentes diferentes).
-«La vida es aquello que nos va sucediendo mientras nos empeñamos en hacer otros planes». (Esta era una de sus frases favoritas más conocidas En una oportunidad también afirmó "Mientras más realidad enfrentamos, más nos damos cuenta de que la irrealidad es el programa principal del día").
-«Si todos reclamaran por paz en vez de otra televisión, entonces habría paz». (Hablan por él las fotos con Yoko Ono que le dieron la vuelta al mundo, en su luna de miel en la "cama de la paz" del Hotel Hilton, en 1969. De esa esencia y añoranza por mejorar la sociedad nació su célebre «Imagine»).
-«Mi trabajo no acabará hasta que esté muerto y enterrado, y espero que eso sea dentro de mucho, mucho tiempo». Dijo estas palabras en el curso de su última entrevista, horas antes de morir. La manera en que falleció lo elevó a la categoría de mito. Se encontraba grabando un nuevo disco.
Leer más...
-«Mi trabajo no acabará hasta que esté muerto y enterrado, y espero que eso sea dentro de mucho, mucho tiempo». Dijo estas palabras en el curso de su última entrevista, horas antes de morir. La manera en que falleció lo elevó a la categoría de mito. Se encontraba grabando un nuevo disco.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Paseo de domingo
![]() |
En el parquecito que sirve de contorno a la Fuente de Las Antillas. |
Beatriz en la galería del Guiñol. |
![]() |
Sofía en la galería del Guiñol. |
![]() |
Con La Fuente de Las Antillas de fondo. |
Esta mañana mis hijas y yo dimos un paseo por la ciudad. Nuestra primera escala, como de costumbre, fue el Teatro Guiñol, anfitrión permanente de la compañía Los Zahoríes, muy bien ranqueada en Cuba entre las que cultivan el teatro para niños. Pero -¡ay!- esta vez no hubo función. Éramos apenas 4 ó 5 personas las interesadas en el espectáculo. Y, ante tan raquítico público, el colectivo decidió aplazarlo para el próximo fin de semana. Proseguimos camino y nos detuvimos en la Plaza Martiana, el proyecto solar que le ha dado notoriedad a su autor, el arquitecto Domingo Alás. Después las dejé que corretearan durante un rato por el pulido piso del bulevar. Para su alegría, se encontraron por allí a Lea Lis, la primogénita de nuestra amiga Ayaxi Ricardo, quien reside actualmente en Francia. La pequeña está de vacaciones en Las Tunas, junto a sus abuelos. Jugaron un rato juntas y consiguieron entenderse. Pero no demoramos mucho, pues Sofía y Beatriz clamaban por saborear un helado de chocolate. Así que nos fuimos hasta la heladería situada junto a La Fuente de Las Antillas, esa obra emblemática de la gran escultora cubana Rita Longa. Aproveché la oportunidad del paseo para hacerles algunas fotos.
Leer más...
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Rafael Urbino, un locutor de referencia

Hoy he recordado especialmente a Urbino, por ser el primero de diciembre el Día del Locutor. Como ocurre cada año, todas las peñas del gremio lo citan como paradigma para los que se estrenan. El consenso es general: cuando se habla de su estirpe profesional, dicho en buen cubano, hay que quitarse el sombrero. Hoy en Radio Victoria, la emisora de Las Tunas, su nombre es de nuevo recurrencia en cada programa y espacio informativo.
A Urbino me parece verlo caminar por el parque Mayor General Vicente García con el paso lento de quien nunca tiene prisa, mientras saludaba a cuanta persona se le cruzaba en el camino. Aquel grandulón de más de seis pies de estatura y sempiterno tabaco entre los labios jamás dejó de identificarse con su pueblo. Desde la cabina de transmisión extendió un hilo conductor hasta sus oyentes, quienes adoraban su originalísima manera de actuar y de decir.
Los carnavales tuneros eran la ocasión para que Urbino mostrara las dotes del comunicador y de guasón que siempre fue. Entonces su voz devenía música, alegría, carcajada, incentivo para el esparcimiento... Su proverbial capacidad para crear frases célebres parió aquella «... una buena piba fría en el león pelao» para referirse a una perga llena de cerveza helada adquirida en los termos gigantes que solían emplazarse cerca del parque Maceo.
Ante el micrófono su actuación rozaba la excelencia, con su voz grave y fuerte, capaz de transmitir sentimientos disímiles así fueran de alegres o trágicos las motivaciones que la convocaran: desde ambientar la producción musical para un festejo hasta radiar un mensaje con el anuncio de un fallecimiento en un humilde barrio. Nadie -ni antes ni después- lo supo hacer como él.
Diré una perogrullada, pero no encuentro nada mejor para referirme a este hombre poco común: quien pretenda escribir la historia de la radio en Las Tunas no puede obviar el legado de Rafael Urbino Santoya, más que locutor, auténtico referente del micrófono. Tan profunda huella dejó que una cátedra tunera de radio ostenta su nombre y también se premian con él los honores por la Obra de la Vida. ¡Qué gran homenaje, gran hombre!
Leer más...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)