jueves, 28 de agosto de 2008

¿Qué es la escala Saffir-Simpson?

Cada vez que un ciclón tropical amenaza con sus vientos y marejadas el territorio cubano, los informes meteorológicos se refieren a la escala Saffir-Simpson y a sus categorías. En vistas de la proximidad del huracán Gustav a mi provincia en el oriente de la isla grande, reseño la génesis de esta norma de clasificación y los perfiles de sus cinco gradaciones.
La paternidad de la mundialmente conocida escala se les adjudica al ingeniero norteamericano Herbert Saffir y al director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Robert Simpson, quienes, en la década de los años 70 del siglo pasado, la desarrollaron para medir la intensidad de los ciclones tropicales y establecer sus daños potenciales a partir de la velocidad alcanzada por el viento.
Ambos trabajaban por entonces en un encargo de la ONU acerca de los estragos de los huracanes en viviendas de bajo costo, frecuentes en el centro y sur del norteño país. Con esa encomienda concibieron la escala que lleva sus apellidos y que tiene en cuenta, además de los vientos, la presión mínima y las marejadas que genera.
La escala Saffir-Simpson señala los daños potenciales susceptibles de ser provocados por los vientos máximos sostenidos y la presión atmosférica de los ciclones tropicales. Pero no tiene en cuenta la cantidad de lluvia ni la situación geográfica de la zona castigada. Así, un ciclón categoría 3 puede causar más daños en una ciudad que un categoría 5 en una zona despoblada.
CATEGORÍA 1 (daños mínimos)
-Vientos sostenidos de 119 a 153 kilómetros por hora.
-Presión barométrica mínima igual o superior a 980 milibares
-Daños mínimos, principalmente a árboles, vegetación y casas en mal estado constructivo.
-Destrucción total o parcial de líneas eléctricas y letreros mal puestos.
-Marejadas de 1,32 a 1,65 metros sobre lo normal.
-Daños menores a los muelles y atraques.
CATEGORÍA 2 (daños moderados)
-Vientos de 154 a 177 kilómetros por hora.
-Presión barométrica de 965 a 979 milibares.
-Daños considerables a árboles y vegetación. Grandes daños a casas en mal estado constructivo y al tendido eléctrico.
-Destrucción parcial de tejados, puertas y ventanas, pero pocos daños a estructuras y edificios.
-Marejadas de 1,98 a 2,68 metros sobre lo normal.
-Carreteras y caminos inundados cerca de las costas.
-Daños considerables a muelles y embarcaderos.
CATEGORÍA 3 (daños extensos)
-Vientos de 178 a 209 kilómetros por hora.
-Presión barométrica mínima de 945 a 964 milibares.
-Daños amplios. Grandes árboles derribados.
-Daños tejados, puertas, ventanas y edificios pequeños.
-Marejadas de 2,97 a 3,96 metros sobre lo normal e inundaciones en zonas costeras, con Destrucción de edificios cercanos al litoral.
-Las grandes estructuras cerca de las costas son seriamente dañadas por el embate de las olas y los escombros flotantes.
-Los terrenos llanos de 1,65 metros o menos sobre el nivel del mar se inundan hasta más de 13 kilómetros tierra adentro.
CATEGORÍA 4 (daños extremos)
-Vientos de 210 a 250 kilómetros por hora.
-Presión barométrica mínima de 920 a 944 milibares.
-Daños extremos. Árboles y arbustos son arrasados por el viento.
-Amplios daños en techos, puertas y ventanas. Hundimiento de techos en viviendas pequeñas.
-Marejadas de 4,29 a 5,94 metros sobre lo normal.
-Los terrenos llanos de 3,30 metros o menos sobre el nivel del mar se ven inundados hasta 10 kilómetros tierra adentro.
-Cae el señalamiento vial. Casas y edificios con daños graves.
-Inundaciones enormes y erosión severa de las playas.
CATEGORÍA 5 (daños catastróficos)
-Vientos de más de 250 kilómetros por hora.
-Presión barométrica mínima por debajo de los 920 milibares.
-Árboles y arbustos arrasados y arrancados de raíz por el viento.
-Daños de gran consideración en los techos de los edificios.
-Anuncios y letreros arrancados y llevados por el viento a gran distancia, ocasionando a su vez más destrucción.
-Hundimiento total de techos y paredes de residencias pequeñas.
-Marejadas de 4,29 a 5,94 metros por encima de lo normal.
-Los terrenos llanos de 3,30 metros o menos sobre el nivel del mar son inundados hasta seis millas tierra adentro.
-Grandes daños a pisos bajos de estructuras cercanas a la costa por las inundaciones y el batir de las olas llevando escombros.
-Rutas de evacuación interrumpidas por subida de las aguas entre tres y cinco horas antes de la llegada del centro del ciclón.

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miércoles, 20 de agosto de 2008

Quince años después

Mis condiscípulos de la carrera de Licenciatura en Periodismo en la Universidad de Oriente y yo cumplimos por estos días 15 años de graduados. Iniciamos la especialidad en el curso 1988-89, en la alta casa de estudios de la ciudad de Santiago de Cuba, y vencimos su programa docente en 1993. ¡Vaya etapa bonita aquella!
Llegamos a formar una suerte de familia bien llevada en el campus estudiantil situado en lo alto de la loma de Quinteros. A sus instalaciones se accedía por una escalinata de concreto de 101 peldaños, casi todos gastados por los sube y baja de tanta suela joven a cualquier hora del día o de la noche.
El quinquenio se nos esfumó sin apenas percatarnos. Primero en las aulas a las que llamaban polleras, por su parecido con las naves avícolas de la época. Luego, en el edificio de la Facultad de Artes y Letras. Por último, en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas. Recuerdo con particular nostalgia aquellas jornadas virtuosas y difíciles. Debutaba a la sazón el Período Especial. Sin embargo, enfrentamos dignamente las limitaciones alimentarias y las dificultades con el transporte. Y vencimos la carrera.
No me será fácil olvidar -tampoco lo quiero- las tertulias con Carlos Pérez y Michael Hernández para hablar de literatura o del último libro leído, sentados los tres en el borde de cualquier litera. O las alegres veladas etílicas en torno a un plebeyo litro de alcoholite comprado a precio de oro en el cuasi marginal barrio próximo a la Universidad. O el jocosamente llamado por nosotros Festival de la Papa, en el que freíamos en fogones eléctricos criollos cuanta vianda apareciera. O las madrugadas que, en períodos de exámenes, los finalistas incorregibles empleábamos para repasar contenidos docentes que no habiamos mirado durante todo un semestre lectivo....
¿Y qué decir de mis profesores? Rafael Fonseca, con su cultura enciclopédica, capaz de disertar sobre lo humano y lo divino; Hebert Pérez y sus desprejuiciadas clases de Historia de los Estados Unidos; Omar Álvarez, por cuya benigna influencia devoré obras maestras de la literatura latinoamericana que antes no me habían seducido; Josefina Jardínez, toda una autoridad en Gramática y en Redacción y Composición... Y también Jesús Figueroa, Yamilé Haber, Sonia Rodríguez, Gabriel Navarrete, Pilar Repilado, Deysy Cué... Y aquel Lino, bibliotecario como no he conocido otro, experto en sugerirte y explicarte para la temática más difícil el libro ideal.
Han transcurrido 15 años de nuestro egreso con el pergamino de licenciados en Periodismo bajo el brazo. Mis compañeros de graduación andan por el derrotero que cada cual escogió, dentro o fuera de Cuba. A algunos -los menos- jamás los he vuelto a ver, y ahí figuran los africanos y latinoamericanos con quienes compartí pupitres. Con otros -los más- tengo fluida comunicación, y ahí están los de antes, ahora y siempre. Todos -no tengo dudas- consideramos trascendental e irrepetible tan grata etapa de nuestra existencia.
La fotografía que ilustra esta nota -cuyo original conservo con especial cariño- fue tomada en la propia mañana del acto de egreso por el angolano Norberto Joao Lucas Carlos, quien también recibió aquel día su título de periodista, en un área exterior del por entonces novísimo Teatro Heredia. Las muchachas son, de izquierda a derecha, Iris Hernández (mi esposa), Marel González y Liuba Martínez. Detrás, en el mismo orden, estoy yo, mi amigo y hermano Armando Tejeda (fallecido), Carlos Remedios e Isaías Campos.

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martes, 5 de agosto de 2008

Curiosidades olímpicas

Apenas faltan solo unos días para que Beijing, la capital de China, ponga en marcha una nueva edición de los Juegos Olímpicos, máxima cita mundial del deporte aficionado. Estas competencias generan gran cantidad de hechos curiosos, interesantes e insólitos, algunos de los cuales expongo en esta recopilación, desde la Grecia de1896 hasta la Atenas de 2004.
Atenas, Grecia, 1896
El 6 de abril, jueces y atletas de los primeros Juegos Olímpicos Modernos se congregaron en el estadio ateniense para orar y meditar Curiosamente, aquí no se otorgaron medallas de oro, plata y bronce. Los ganadores fueron premiados con preseas de plata y coronas de olivo, mientras que los segundos recibieron medallas de bronce y coronas de laurel. Los anfitriones organizaron una singular prueba de natación: 100 metros libres para marineros, en la que se pedía como requisito ser hombre de mar y... ¡griego! Por cierto, esta disciplina compitió a océano abierto, con temperaturas de 13 grados centígrados. Las premiaciones se realizaron el día del cierre, bajo un torrencial aguacero. Al local Spiridon Louis, ganador del maratón, le permitieron vivir gratis en un hotel de Atenas durante 10 años.
París, Francia, 1900
Los juegos duraron más de cinco meses y casi la mitad de los participantes eran franceses. Por primera vez compitieron mujeres: seis tenistas y una golfista. La natación y el polo tampoco tuvieron piscinas, por lo que se braceó en las aguas del río Sena. Una prueba de esgrima terminó con el espíritu amateur de las olimpíadas, ya que el ganador recibió un premio en metálico. El holandés Marcel Depaillé tenía siete años cuando su tripulación triunfó en remo con timonel, convirtiéndose en el medallista dorado más joven de la historia olímpica. En París se consagró el primer titular latinoamericano: el cubano Ramón Font, campeón en espada. Esta vez, en lugar de medallas, a los vencedores se les entregaron pintorescos objetos que muchos no recogieron: un bastón con puño niquelado, una reproducción de la torre Eiffel, una boquilla de plata con estuche de peluche, unos pares de guantes y un bastón de bambú.
San Luis, EE.UU., 1904
Los juegos fueron un caos organizativo y Estados Unidos ganó el 84 por ciento de las medallas, lo cual constituye todavía un récord. Hubo escándalos como el del local Fred Lordz, quien, luego de concluir en primer lugar en la carrera de maratón, fue descalificado al descubrirse que había recorrido la mitad del trayecto en automóvil. El gimnasta George Eyser se agenció un oro, dos platas y un bronce a pesar de tener su pierna izquierda de madera. En la apertura tuvo lugar uno de los mayores bochornos de la historia olímpica: el espectáculo llamado Días Antropológicos, con personas que representaban, según los organizadores, a razas inferiores: negros, mestizos, judíos y enanos. Decían que las mejores razas siempre tendrían resultados superiores que las peores. Basados en estos conceptos absurdos, organizaron una competición paralela, que hizo ruborizar de vergüenza al mundo civilizado de la época.
Londres, Inglaterra, 1908
Finlandia, bajo el dominio ruso, fue casi obligada a desfilar con el estandarte del zar. Finalmente desfiló sin bandera. Los anfitriones no aceptaron jueces y árbitros extranjeros: ¡todos fueron ingleses! Por primera vez los ganadores recibieron medallas de oro, los segundos de plata y los terceros de bronce. El estadounidense John Taylor fue el primer negro en ganar un metal dorado en una de las cuartetas de relevos. Se estableció la medida actual del maratón en 42 kilómetros y 195 metros. No es, como se cree, la distancia entre la llanura de Maratón y la ciudad de Atenas recorrida por el soldado griego Filípides, sino la que separa al castillo de Windsor del estadio de Shepherds Bus, en Londres. ¿La explicación? El príncipe de Gales quiso que la prueba arrancara en la puerta de su casa. La suerte privó al francés Geo André del oro en salto alto. En su último intento, pasó sobre los 1,90 metros pero sus amplios pantalones de competencia derribaron el listón.
Estocolmo, Suecia, 1912
La gran tragedia de los juegos fue la muerte del atleta portugués Francisco Lazzaro, quien sufrió un colapso y falleció en plena carrera de maratón. Los suecos prohibieron en el programa el boxeo como deporte. Se usó por primera vez el cronometraje y el fotofinish para confirmar a los vencedores en algunas pruebas atléticas de final muy cerrado. El indio norteamericano Jim Thorpe fue despojado de sus títulos en el decatlón y el pentatlón al ser injustamente acusado de recibir dinero por jugar béisbol en su país. Duke Kahanamoku, de Estados Unidos, introdujo un nuevo estilo en la natación: el crawl con pateo en seis tiempos. La distancia más larga del ciclismo -320 kilómetros- se corrió aquí, y el sudafricano Rudolph Lewis ganó la competencia con un tiempo de 10 horas y 42 minutos.
1916: NO SE CELEBRARON (PRIMERA GUERRA MUNDIAL)
Amberes, Bélgica, 1920
En las ruinas próximas al estadio y en los cuerpos de muchos atletas participantes estaban las cicatrices dejadas por la Primera Guerra Mundial. El día inaugural se ofició una misa en homenaje a los muertos. Alemania, Bulgaria, Austria, Hungría y Turquía, enemigas de Bélgica durante el conflicto, no fueron invitadas. Se estrenó la bandera olímpica con sus cinco anillos entrelazados, representando los cinco continentes: verde para Oceanía, amarillo para Asia, negro para África, rojo para América y azul para Europa. También debutó el juramento olímpico de los deportistas. Los hermanos italianos Nedo y Aldo Nadi disputaron entre sí la medalla de oro en la prueba de esgrima. Estos juegos vieron el buen hacer deportivo del inglés Philip J. Noel Baker, plata en los 1500 metros planos en el atletismo. Cuarenta años más tarde, Baker fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.
París, Francia, 1924
El nadador Johnny Weismuller devino gran figura al ganar tres metales dorados. Años más tarde, brillaría nuevamente, pero desde la pantalla grande, interpretando a Tarzán. En fútbol, el equipo uruguayo asombró al vencer en sus cinco partidos y consagrarse campeón. Uno de sus jugadores marcó un gol directo de un saque de esquina. A partir de entonces, esa manera de anotar fue bautizada como el Gol Olímpico. En esta cita debutó la primera villa olímpica, un conjunto de cabañas carente de confort. A pesar de ser el favorito en los 400 metros planos, el inglés Eric Liddell decidió no participar en la final de esta prueba por celebrarse un domingo, día sagrado para la religión protestante. Por primera vez los asistentes a los estadios tuvieron noticias de las pruebas celebradas fuera de esos recintos. Llegaban a través de la telegrafía sin hilos, y por medio de altavoces se daban a conocer al público.
Ámsterdam, Holanda, 1928
Por primera vez fueron utilizadas palomas blancas en la inauguración para simbolizar la paz. El triplista japonés Mikio Oda, el primer asiático en ganar una medalla de oro. Las mujeres pudieron participar de las pruebas de atletismo. Las participantes en los 800 metros terminaron tan agotadas que precisaron atención médica. Esto provocó la eliminación de carreras femeninas superiores a 200 metros hasta los juegos de Roma en 1960.El australiano Henry Pearce ganó la prueba de remos conocida por La Prueba de los Patos, así llamada porque el campeón mermó el ritmo para cederle el paso a una bandada de aves aprovechando su gran ventaja sobre los rivales. Varios países convirtieron los barcos en su lugar de residencia e incluso de entrenamiento. Fue el caso de EE.UU., que desplazó el «S.S. Presidente Rooselvet», en el que también se alojó el único cubano a los juegos, el velocista José Barrientos.
Los Ángeles, EE.UU., 1932
A pesar de que imperaba en EE.UU. la Ley Seca, que prohibía el consumo de bebidas alcohólicas dentro de su territorio, los organizadores consiguieron una autorización para que los franceses, italianos y húngaros pudieran beber vino, bebida predilecta en sus respectivas naciones. El lucro obtenido con los Juegos Olímpicos fue equivalente a un millón de dólares, cifra irrisoria con las ganancias actuales. Los organizadores prohibieron la participación en los juegos al legendario atleta finlandés Paavo Nurmi bajo el pretexto de ser un asalariado del deporte. Los competidores que disputaron los 3000 metros en el atletismo fueron equivocadamente obligados a correr más allá de esa distancia por causa de un error de los jueces en el conteo de las vueltas. Se introdujo el podio para entregar de medallas. La gran figura de la olimpiada fue la norteamericana Mildred Babe Drikson, con tres récords mundiales en el atletismo.
Berlín, Alemania,1936
A pesar del compromiso de los anfitriones de no promover manifestaciones raciales, ideológicas o religiosas, la antorcha olímpica llegó al estadio portada por un miembro de la juventud nazi. El atleta negro norteamericano Jesse Owens ganó varias pruebas y fue la gran estrella de unos juegos concebidos por Hitler para demostrar la supremacía aria. En la inauguración, luego del himno alemán, 100 mil personas gritaron ¡Heil Hitler! en apoyo al dictador. El führer abandonó el estadio antes de tiempo para no verse obligado a estrecharle la mano a Owens en la premiación. En el hipismo, tres caballos se lastimaron seriamente y debieron ser sacrificados. La música de las olimpíadas fue compuesta por el célebre Ricardo Strauss. El baloncesto debutó como deporte olímpico. La final deparó un marcador un tanto curioso y muy alejado de los resultados actuales: Estados Unidos derrotó a Canadá por 19 puntos por 8.
1940 y 1944: NO SE CELEBRARON (SEGUNDA GUERRA MUNDIAL)
Londres, Inglaterra,1948
En levantamiento de pesas, el título femenino del arranque lo ganó la pianista francesa Micheline Ostermeyer. Tres años después de la guerra, la comida escaseaba en Londres. Muchos paises llevaron víveres para sus atletas, o hacían vuelos diarios para traérselos. Los antiguos cuarteles del ejército hicieron las veces de villas olímpicas. Las medallas entregadas fueron de hojalata. El norteamericano Harrison Dillar ganó el oro en los 100 metros lisos. Cuando tenía 13 años, su ídolo Jesse Owens le había regalado los pinchos de sus zapatillas. En 1938, una granada destrozó la mano derecha del oficial del ejército húngaro Karoly Takacs, especialista en tiro deportivo. Comenzó a entrenarse con la mano izquierda y en estos juegos alcanzó con ella el oro y el récord mundial en pistola. Una sensación de los juegos fue el empleo por los nadadores de una pinza en la nariz para forzarles a respirar solo por la boca.
Helsinki, Finlandia, 1952
Helsinki es hasta hoy la ciudad más pequeña en albergar una olimpíada. De los 69 países que compitieron, 43 ganaron por lo menos una presea. Japón y Alemania Federal, readmitidos en la lid. Con solo 15 años de edad, la norteamericana Bárbara Jones devino la titular olímpica más joven, como miembro del relevo 4 x 100 metros. La mayor falta al protocolo se produjo en la premiación de los 1500 metros planos: la banda de música no pudo interpretar el Himno Nacional de Luxemburgo, país del ganador, Josy Barthel. El director reconoció que la pieza no figuraba en su repertorio. Jean Boiteux ganó los 400 metros libres en natación. Al terminar, su padre se lanzó a la piscina vestido y con boina para felicitarlo. La danesa Liz Hartel conquistó la plata en equitación ocho años después de enfermar de polio y perder la movilidad en sus piernas. Necesitaba ayuda para subir y bajar del caballo.
Melbourne, Australia, 1956
La equitación compitió en Suecia, pues los organizadores temían que los caballos les llevasen enfermedades contagiosas. No hubo protocolo en la ceremonia de clausura y los participantes entraron al estadio en medio de un terrible desorden. Ron Clark, figura prominente del atletismo anfitrión, se quemó parcialmente un brazo al encender la pira olímpica, por lo cual no pudo tomar parte en la competencia. El boxeador húngaro Laszlo Papp ganó su tercera medalla dorada consecutiva Por primera vez se ofrecieron supercamas de tallas extras a los espigados jugadores de baloncesto presentes en la cita. El conflicto político entre la URSS y Hungría tuvo su reflejo en el encuentro de polo acuático que disputaron ambos países. El triunfo fue para los húngaros, que se burlaron de sus rivales. Ambos equipos acabaron a puñetazos en la piscina, por lo que tuvieron que intervenir enérgicamente las fuerzas de seguridad.
Roma, Italia, 1960
Primeros juegos transmitidos en vivo y en directo por televisión para 19 países de Europa. Una multitud llenó la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para ver al Papa Juan XXIII, que inauguró la competencia. Con 18 años de edad, el pugilista negro Cassius Clay –luego Muhamad Alí- ganó el oro de los semipesados. Al volver a su país le negaron el paso a un restaurante para blancos. Clay renunció al triunfo y arrojó la medalla dorada a un río. El etíope Abebe Bikila ganó el maratón tras correr descalzo los 42 kilómetros y 195 metros. El inglés Donald Thompson, por su parte, triunfó en los 50 kilómetros de marcha con zapatos de calle. La atleta norteamericana Wilma Rudolph, exparalítica, hizo época en diferentes eventos del deporte rey. Surinam envió su primera representación, formada por un solo atleta, Wim Essajas, quien tenía que correr los 800 metros planos, pero no participó por quedarse dormido.
Tokio, Japón, 1964
El pebetero olímpico lo encendió el japonés Ioshinori Sakai, nacido en Hiroshima en el momento exacto en que una bomba nuclear desoló su ciudad. Debuta una máquina computadora para procesar las estadísticas oficiales de la competencia. La garrocha de fibra de vidrio mejoró la marca mundial en 40 centímetros. El nadador norteamericano Dick Roth fue internado por apendicitis la víspera de disputar los 400 metros libres en la piscina. A pesar de la insistencia de sus médicos, rehusó ser intervenido, nadó la distancia y... ¡obtuvo el oro! Salió de la pileta directo para la mesa de operaciones. El holandés Anton Geesink derrotó en la final de judo al japonés Akio Kaminaga. La presión por la derrota hizo mella en Kaminaga, quien, tras pedir perdón a sus compatriotas, se suicidó. Lo mismo hizo Suburaya, tercero en la maratón: dos años después se hizo el harakiri por la decepción causada al Emperador y a su pueblo.
Ciudad México, México, 1968
Richard Fosbury, de Estados Unidos, impuso la manera de saltar de espaldas en el salto alto y ganó con 2,24 metros. Fueron los juegos de los mayores y mejores registros, pues se batieron 257 marcas olímpicas y 27 mundiales. Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce en 200 metros planos y militantes del Black Power -movimiento de protesta por la desigualdad racial en su país-, subieron al podio con guantes y calcetines negros y oyeron el himno norteamericano con la cabeza baja y el puño en alto. Los expulsaron de la Villa Olímpica. Sin poder aguantar la presión, el yugoslavo Vera Nikolic, recordista mundial de 800 metros, se retiró de su serie a los 300 metros, abandonó el estadio y trató de suicidarse en un puente cercano. Su entrenador lo evitó. El discóbolo norteamericano Al Oerter obtuvo su cuarto título olímpico consecutivo en disco. El norteamericano Bob Beamon «voló» hasta los 8,90 metros en salto largo.
Munich, RFA, 1972
Estados Unidos pierde por primera vez en baloncesto varonil, al caer ante la URSS en el último segundo de juego gracias a un canastazo del ruso Alexander Belov. Debuta la mascota como símbolo olímpico: un perrito llamado Wald. Once integrantes de la delegación israelí fueron secuestrados y ejecutados por un grupo árabe llamado Septiembre Negro. El crimen paralizó las competiciones durante 24 horas. Teófilo Stevenson derrotó en los pesos completos del boxeo a Duanne Bobbick, la llamada Esperanza Banca norteamericana. Por primera vez en la historia olímpica una mujer, la alemana Heidi Schueller, hizo el juramento de los atletas, árbitros y jueces. En la ceremonia se homenajearon a las víctimas del tristemente célebre campo de concentración de Dachau en la Segunda Guerra Mundial. El norteamericano Mark Spitz obtuvo siete títulos en natación y estableció otros tantos récords mundiales.
Montreal, Canadá, 1976
Dos pesistas búlgaros y uno polaco, acusados de doping. El estudiante Michel LeDuc invadió el Estadio Olímpico y desfiló desnudo, hasta que fue detenido. La rumana Nadia Comanecci se convirtió en la gran estrella de los juegos, pues, con 14 años de edad, obtuvo siete calificaciones de 10 puntos en gimnástica. El cubano Alberto Juantorena logró un doblete inédito: oro en 400 y 800 metros planos. Boris Onischenko, mayor del ejército soviético, fue eliminado de la esgrima del pentalón moderno por trucar su arma con un sistema que encendía el bombillo de los toques a favor incluso cuando fallaban sus estocadas. Lo degradaron y expulsaron del ejército de su país. El gimnasta japonés Fujimoto se rompió una pierna en el suelo. Lo ocultó y participó en el caballo con arzones y anillas. Gracias a él Japón consiguió la medalla de oro. El jinete italiano Raimondo d'Inzco participó en su octava olimpíada consecutiva.
Moscú, URSS, 1980
El representante de la RDA, Waldemar Cierpinsky, ganó el maratón por segunda vez e igualó la hazaña del etíope Abebe Bikila. El gimnasta soviético Alexander Didiatin se erigió en el más ganador de una olimpíada al adjudicarse ocho medallas, tres de oro, cuatro de plata y una de bronce. Además, fue el primer hombre que recibió por el jurado una calificación de 10 puntos. El nadador soviético Vladimir Salnikov rompió la barrera de los 15 minutos en los 1500 metros libres. Un hecho curioso fue el oro y la plata de la RDA y la URSS en la prueba del doble par del remo con dos parejas de gemelos: los germanos Bernd y Jorg Landvoigt y los soviéticos Yuri y Nicolai Pimenov. La jabalinista cubana María Caridad Colón, primera latinoamericana en obtener una medalla de oro olímpica.
Los Ángeles, EE.UU., 1984
La antorcha entró al estadio en manos de Gina Memphill, nieta de Jesse Owens, mítico campeón de 1936. La suiza Gabriela Andersen terminó la prueba de maratón deshidratada y con la mitad de su cuerpo paralizado por calambres. Llegó a la meta en zig-zag en medio de una ovación. Los nietos de Jim Thorpe recibieron de manos de Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, las dos medallas de oro del decatlón y el pentatlón que le habían sido escamoteadas injustamente al formidable indio en los Juegos de Estocolmo, en 1912. Por primera vez una olimpíada no fue financiada por el Estado, sino por empresarios. Se autorizó la participación de profesionales del fútbol. Joan Benoit, primera mujer en ganar el maratón. Cuatro medallas de oro para el local Carl Lewis, «El Hijo del Viento» en 100 y 200 metros, relevo 4 por 100 y salto largo. Igualó la cosecha de su compatriota Jesse Owens, en Berlín 1936.
Seúl, Corea del Sur, 1988
Los últimos Juegos Olímpicos en los que la ceremonia de apertura se realizó en horario diurno. En uno de sus saltos, el clavadista estadounidense Greg Lougains se golpeó la cabeza contra el trampolín y tuvo que recibir cuatro puntos de sutura. A pesar del incidente, regresó al tanque y logró el título. Por la gran cantidad de participantes y para evitar una ceremonia de clausura interminable, los organizadores sugirieron a las delegaciones dejar dos tercios de sus atletas fuera del desfile de clausura. Los jueces de boxeo escandalizaron con decisiones que originaron más de una trifulca tumultuaria. El 26 de septiembre, Micjella Verdier, portavoz del COI, confirmó que el vencedor de los 100 metros planos, el canadiense Ben Johnson, había dado positivo en el control antidopaje. Apareció Kenia como primera potencia mundial en el medio fondo. Venció en 3000 metros con obstáculos, 800, 1500 y 5000 metros.
Barcelona, España, 1992
La pira olímpica fue encendida por el arquero Antonio Rebollo, quien lanzó una flecha en llamas desde el centro del estadio. No acertó en su lanzamiento y el pebetero se inflamó mediante un mecanismo electrónico que pasó inadvertido para el público. Sudáfrica volvió después de 36 años de ausencia. Participaron, por primera vez, todos los comités olímpicos nacionales adscriptos al COI. Dos anécdotas paternas: el padre del nadador norteamericano Ron Karnaugh murió de un infarto durante la ceremonia de apertura, después de fotografiar a su hijo. Derek Redmond se lesionó en la final de 400 metros planos y su progenitor bajó desde las gradas para ayudarlo a atravesar la meta. Por su parte, la judoca española Miriam Blasco fue oro un mes después de la muerte de su entrenador, Sergio Cardell.
Atlanta, EE.UU., 1996
La fiesta por los 100 años de los Juegos Olímpicos Modernos fue resumida en una bomba que estalló en el parque Centenario con saldo de dos muertos y 111 heridos. Los organizadores de Atlanta, ciudad natal de la Coca Cola, amenazaron con quitarle la medalla de oro en los 200 metros libres a la nadadora costarricense Claudia Poll, por competir con una gorra con el logotipo de la Pepsi Cola. Pese a sufrir del Mal de Parkison, Cassius Clay encendió el pebetero. El inglés Linford Christie, titular en Barcelona 1992, fue descalificado por dos arrancadas en falso en los 100 metros planos. La bella jugadora alemana de hockey sobre césped Eva Hakembaeur perdió su falda en el partido contra España en un lance frente a la portería rival y miles de cámaras fotográficas activaran sus obturadores desde las gradas.
Sydney, Australia, 2000
Apareció el traje de baño de cuerpo entero entre los nadadores, diseñado de un material llamado fastskin que imita la piel lisa del tiburón. Durante la celebración de los juegos murió la esposa del presidente del COI, Juan Antonio Samaranch. La bandera olímpica original volvió a estar en posesión del COI, 80 años después de haber sido robada por el atleta estadounidense Harry Prieste en los juegos de Amberes en 1920. El ladrón viajó a Sydney para devolverla y fue perdonado. El COI permitió la participación de cierto número de atletas carentes de currículos competitivos. Uno de ellos fue el nadador guineano Eric Moussambani, quien aprendió a nadar dos meses antes de los juegos y nunca se había lanzado a una piscina oficial. El africano estuvo a punto de ahogarse en la alberca en las eliminatorias de los 100 metros libres, donde cronometró casi dos minutos, la peor marca de la historia.
Atenas, Grecia, 2004
Para hacer las medallas de los ganadores se necesitaron trece kilos de oro, una tonelada de plata y otra de bronce. Se fabricaron a un ritmo de 150 por día en Aspropyrgos, al oeste de la capital griega. Fueron tres mil en total: 986 de oro, 986 de plata y 1150 de bronce. Las de los vencedores recibieron una capa de oro suplementario en Suiza. Cada una pesa 150 gramos y tiene un diámetro de seis centímetros. Los atenienses organizaron por segunda vez las olimpiadas. Para la ocasión restauraron el longevo estadio Panatenaico, sede de las pruebas de campo y pista en 1896. El 18 de agosto, los organizadores desarrollaron allí una jornada especial que incluyó la impulsión de la bala, donde la cubana Yumileidi Cumbá conquistó el oro con registro de 19,59 metros.

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