Estas son mis princesas SOFÍA (derecha) y BEATRIZ. Sofía es apasionada de la lectura, romántica de nacimiento, osada hasta la temeridad, admiradora de la belleza, original hasta el asombro, fértil de imaginación, defensora de la justicia, cultora de la gratitud, obsesiva de las redes sociales, amante de los detalles, conversadora infatigable, devota del buen humor, generosa con los humildes, caprichosa para comer, elegante de palabra, renuente a las chancletas, aplicada en el estudio, curiosa incorregible, ávida del saber, adoradora de la sonrisa y guardiana de la naturaleza. BEATRIZ es aficionada a las canciones, ágil en las respuestas, precavida ante lo desconocido, cumplidora de promesas, fiel con sus amigas, fanática de los teléfonos celulares, inventora de gangarrias, persistente en sus deseos, amorosa con sus muñecas, sensible ante los regaños, efusiva con sus maestras, carismática de cuna, presumida permanente, voraz de apetito, introvertida de circunstancias, cultivadora de amistades, mimosa como una gatita, callejera a cualquier hora, protestona cuando la mandan, rapidísima de sueño y cariñosa hasta lo inimaginable. SOFI nació el 10 de diciembre de 2004; BETI, el 3 de abril de 2006. Ambas son traviesas como ardillitas, desordenadas con sus pertenencias, preguntonas de lo humano y lo divino, fantasiosas por excelencia, refunfuñonas si se sienten aludidas, destructoras de lapiceros, líderes naturales, adulonas cuando les conviene, derrochadoras de hojas de papel, pícaras de personalidad, divertidas de anecdotario, fans de las tijeras, adictas a mi computadora, insaciables con el helado, inseparables en la vida, solidarias con cualquiera, conquistadoras de corazones, consumidoras de telenovelas, populares desde que vinieron al mundo, adorables de carácter, celosas con sus juguetes, idénticas y diferentes… Y-¡oh, qué maravilla!- las dos son buenísimas personas. Todo lo que hago es por su felicidad, porque prefieran lo espiritual sobre lo material y por evitar que se contaminen con malos ejemplos. ¡Dios bendiga y proteja a mis hijas!
Entre los atributos que más colorido les aportan a las citas mundiales de fútbol figuran en un palco de honor las fotos. Miles de profesionales de las más remotas latitudes vienen a estas lides solo con el fin de lograr una imagen de excelencia capaz de darle la vuelta al planeta. No todos lo logran, desde luego. Y no por falta de pericia técnica, sino que «la buena imagen», como aseguran ellos, suele venir muchas veces del veleidoso brazo de la fortuna.
Por su naturaleza misma, ciertas fotos llaman enseguida la atención. Como esta donde destella una pupila humana que semeja un balón de fútbol. No es un montaje, como tal vez algún lector suspicaz pudiera suponer. Se trata de un lente de contacto que su dueño se mandó a diseñar especialmente para este torneo futbolístico. Un fotógrafo de la agencia AP -famosa por la calidad de sus flashazos- tuvo la suerte de darse de narices con tamaña originalidad y ahí mismo apretó el obturador de su cámara.
En el resto de las fotos no consta el crédito de sus autores. Pero en todas palpita la intención expresa de demostrar que el fútbol, además de emociones y decepciones, genera también belleza y fantasía. Lo sugiere esta pareja de agraciadas chicas, a todas luces fans de los equipos de Brasil y de Estados Unidos. Una lleva en su blusa la tonalidad verdeamarilla de los cariocas; la otra exhibe tatuada en la piel la bandera de las barras y las estrellas. Imágenes así, representativas de los colores de cada país participante y su correspondiente bandera nacional, abundan en los mundiales de fútbol, la fiesta deportiva más extraordinaria y cosmopolita que se pueda imaginar, solamente superada en concurrencia por los Juegos Olímpicos.
En materia de indumentaria, la copa es una auténtica vitrina. En la sui géneris pasarela vemos el busto de una joven con dos motivos blanquinegros. Su significado, características y coordenadas no necesitan explicación. Otra imagen nos proyecta el semblante de una muchacha con ínfulas arbitrales. ¿Le armaría alguien un «berrinche» por una decisión dudosa? Creo que no. Como se aprecia, el silbato de la «colegiada» tiene forma de balón. También los animales hacen constar su presencia temática, como ese perro con un pequeño balón entre sus fauces o el insecto cuyo caparazón fue decorado de esa forma por sabrá Dios qué diletante. Se trata de fotos que reflejan el colorido presente en un torneo deportivo de tan gigantesca connotación. En pocos eventos políticos, sociales o de otros perfiles tienen los fotógrafos oportunidad mejor de darse abundante banquete con sus cámaras como en un campeonato mundial del bien llamado «deporte de las multitudes».
Amigos, mi búsqueda de fotografías de la Copa del Mundo de fútbol en Internet me hizo apreciar la cantidad, variedad y calidad que pueden conseguirse. Van de lo deportivo a lo anecdótico, y definen para la humanidad, en un mosaico de colores, el inicio de un nuevo decenio. La copa no solo queda en los videos de los juegos. Ciertas fotos congelan el triunfo de un equipo y la proeza de un futbolista. Pero también muestran la era que nos ha tocado vivir. Un campeonato mundial de fútbol es también -¡cómo no!- una oportunidad para demostrar que es posible la paz y la fraternidad entre los seres humanos, con independencia de ideologías, razas, procedencias y religiones.
Un autor anónimo lo sintetiza mejor. Dice: «El mundial de fútbol es la única guerra donde nadie muere y donde los nacionalismos se llevan al extremo sin quemar en la hoguera. Es la confrontación donde todos somos extranjeros peleando por un efímero honor de cuatro años, que importa mucho y poco a la vez. Nos hace ganadores, pero no necesariamente mejores. De no ser por las fotografías, el mundial de fútbol sería apenas una referencia, una mera ilusión».
Did you know that people with higher than normal intelligence are prone to panic attacks? If you experience these attacks, hopefully this knowledge along with the other helpful tips in this article will assist you with finding peace of mind in trying to deal with your situation. [url=https://www.acheterviagrafr24.com/]https://www.acheterviagrafr24.com/[/url]
Se llamaba Francisca Agüero Mayo. Pero eso casi nadie lo sabía. Para sus vecinos, familiares y amigos ella fue siempre, sencillamente, Paquita. Nació el 28 de agosto de 1926 en el tunero barrio de El Oriente. Sin embargo, casi toda su existencia transcurrió en Manatí, a donde fue a residir cuando se casó con mi padre el 4 de diciembre de 1954. Nieta del coronel mambí Calixto Agüero y Agüero, en su personalidad convivieron el carácter y la ternura. Se pasó toda la vida haciendo el bien a los demás y sacrificándose por su familia. Hipertensa crónica con récord personal de presión máxima de 280 mmHg, murió de un colosal infarto cardíaco el 14 de julio de 1996. Cuando desapareció ya nada volvió a ser igual. Incluso las orquídeas del patio que ella cultivaba con devoción de jardinera marchitaron sus pétalos. Aunque nunca se lo dije -me remuerde a veces no haberlo hecho alguna vez- a mi madre le debo todo lo bueno que me ha ocurrido, que no ha sido poco. Jamás querré con similar intensidad. Nunca se borrarán de mi memoria su alma generosa y su rostro venerable. El almanaque no tiene un día -¡un solo día!- en que yo no la recuerde.
MI PADRE INOLVIDABLE
Hoy, 27 de mayo de 2019, mi padre cumpliría 100 años de noble y limpia existencia. Pero la vida, o el destino, o la Providencia, o Dios, o quien haya sido, no se lo permitió, y solo pudo celebrar 62. Fueron suficientes para dejar en mi corazón y en mi memoria una huella entrañable, profunda y eterna. Los buenos padres suelen ser así, inmortales. No, definitivamente, padre no es cualquiera. Papi nació en un asentamiento rural llamado San Isidro, próximo al poblado de Gaspar, en la provincia de Ciego de Ávila. Sus padres lo bautizaron con el nada convencional nombre de Juan Evangelio, que luego él y mi madre me endilgaron cuando me trajeron al mundo. A Manatí arribó en 1945, de la mano de un amigo instalado previamente en la localidad. Tan pronto desempacó, formó parte de la Guardia Jurada, un cuerpo encargado de la tranquilidad ciudadana y de la protección del antiguo ingenio azucarero. Después de 1959, la Empresa Eléctrica le encargó la tarea de leer todos los metros contadores del municipio y después cobrarles a sus propietarios las correspondientes facturas. Para esa fatigosa dualidad recorría cada mes varios kilómetros, enhorquetado en su bicicleta rusa, a la que le sonaban todos los tornillos, pero que nunca lo dejó botado en el camino. Cierro los ojos y me parece verlo tocado con su sombrero de yarey (tejido expresamente para él por un haitiano amigo) y con sus espejuelos en trances de equilibristas sobre la punta de la nariz, mientras escribía números en un libraco repleto de tarjetas con los nombres de los clientes. En casi todas las casas a donde llegaba le brindaban café, chucherías o echaba un parrafito sobre cualquier asunto. Madrugador incorregible, sobre las seis de la mañana ya estaba en pie, listo para hacer la primera colada del día al socaire de los poetas repentistas -una de sus grandes aficiones-, a quienes escuchaba en un radio VEF que le regalamos un día de su cumpleaños en reemplazo de aquel vetusto RCA Víctor de madera y válvulas. Tampoco se perdía Alegrías de Sobremesa, y se divertía de lo lindo con las ocurrencias de la mulata Estelvina y de Paco Carrasquillo. Mucho menos dejaba de ver San Nicolás del Peladero, con su admirado alcalde Plutarco Tuero, en aquel estresante televisor blanco y negro, marca Westinghouse, siempre lleno de lloviznas y de interrupciones. Lo evoco también haciendo puré de tomate en un equipo que él mismo se inventó, capaz de simplificar enormemente la tarea. O sembrando hortalizas en una pequeña parcela que teniamos al fondo de la casa. Mi padre fue un hombre de un carácter sumamente alegre, siempre con una jarana a flor de labios y gran amigo de los niños. «Morales, los niños no te respetan porque juegas demasiado con ellos», lo recriminaba mi madre cuando lo veía darle un pellizco a uno o esconderle la pelota a otro. Con mi mamá formó una pareja memorable. Por lo menos en mi presencia, nunca los escuché discutir por ningún motivo. Tenía con ella detalles bonitos, aunque también la hacía rabiar cuando le preguntaba la edad delante de terceros, a sabiendas de que -como muchas mujeres- le tenía aversión a ese tema. Mis relaciones con él siempre fueron de excelencia. Muchos consejos me dio y pocos escuché. Cuando uno es joven, siempre que sucede igual pasa lo mismo. Hoy diera la vida por una sola de sus recomendaciones. A pesar de los años transcurridos, aún me remuerde la conciencia por las veces en que le «robé» menuditos de sus bolsillos mientras él echaba un pestañazo al mediodía. Por entonces, con una peseta se le podían comprar dos barquillas de helado casero al que los vendía por las calles con su nevera montada sobre un carretón. No obstante, me consuela pensar que papi se percataba de mis escamoteos y que se hacía el dormido para no interrumpirlos. En mis tiempos de estudiante becado, no solo estaba al tanto de mi situación disciplinaria y académica, sino que, incluso, aceptó ser el presidente del Consejo de Padres cuando cursé estudios de Educación Física y Deportes en el Fajardo. Eran tiempos de limitaciones –cualquier parecido con la realidad actual no es pura coincidencia-, por lo cual llegué a usar, ocasionalmente, parte de su humilde ropero, en especial unos horribles pantalones de gabardina que alguna vez formaron parte de trajes de etiqueta. Hasta el momento en que enfermó, nunca le habían dolido ni los cayos. Incluso, el día anterior a su súbito malestar nos habíamos tomado unos tragos (aunque nunca fue un bebedor) en compañía de unos amigos. Tuvimos que correr con él para Tunas. «Síndrome de Guillain-Barré», diagnosticaron los médicos que lo evaluaron en el recién inaugurado hospital Ernesto Guevara. Tan rara enfermedad tiene ahora un tratamiento eficaz, pero, en aquella época, quien la padeciera tenía escasas posibilidades de salvación. Mi padre no pudo eludir la acechanza y, a los tres días de su ingreso, el 10 de septiembre de 1981, falleció.
Y VAMOS PA´L 65
-
Diciembre nos acaba de poner en el carril de los 65.
Seis décadas y media de Revolución.
Seis décadas y media de aciertos y de tropiezos, pero sin ...
¿Tiene un padrino Víctor Mesa?
-
Me lo preguntan en la calle a diestra y a siniestra y yo, que estoy lejos
de las élites, me encojo de hombros y digo que no. Pero mi respuesta
pudiera no t...
EL ZAPATERO Y SUS ZAPATOS
-
Por Luis SextoLa web se ha vuelto adicta a textos, a veces menos que eso, a
simple algarabía teórica, que coincide en decir que Cuba se aparta del
socialis...
2 comentarios:
[url=http://dutasterideavodartonline.org/]dutasterideavodartonline.org.ankor[/url] online-purchaselevitra.net.ankor http://20mg-cheapest-pricelevitra.net/
Say Goodbye To Panic Attack With These Tips
Did you know that people with higher than normal intelligence are prone to panic attacks? If you experience these attacks, hopefully this knowledge along with the other helpful tips in this article will assist you with finding peace of mind in trying to deal with your situation.
[url=https://www.acheterviagrafr24.com/]https://www.acheterviagrafr24.com/[/url]
Publicar un comentario