domingo, 17 de febrero de 2013

Aquel tiburón-ballena


El 19 de abril de 1982 un suceso poco común hizo impacto en los apacibles predios del Puerto de Manatí: la captura en la zona de Palancón de un enorme tiburón ballena cuyo peso ascendió a... ¡nueve mil 590 libras!, el mayor de su tipo de los atrapados en Cuba en cualquier época. El ejemplar resultó de tales dimensiones que se hizo necesario recurrir a una grúa para izarlo, de lo cual dejó constancia el Periódico 26 en una gran fotografía de página interior. 
Tenían razones para el asombro los portuarios, acostumbrados a pescar con sus avíos bichos de menor rango. El tiburón ballena, realmente, es el mayor pez de los mares, una colosal criatura que llega a alcanzar 20 toneladas de peso y 18 metros de longitud. Su cola puede medir de lado a lado más de dos metros y su descomunal boca tiene capacidad para tragarse de una vez a una persona nadando de costado. Los pescadores lo conocen también por los nombres de damero y pez dama, y aseguran que su carne es exquisita. Afortunadamente, a este gigante no le interesan los seres humanos, porque se alimenta solamente de plancton y pequeños peces. 
Por cierto, no fue extravagante ni mucho menos la presencia en nuestras latitudes de tan enorme ejemplar, pues abunda en el Océano Atlántico y se le puede encontrar en aguas costeras, tanto tropicales como templadas. Este del que les hablo fue capturado a 20 pies de profundidad a unos 400 metros de la orilla, luego de enredarse en una de las redes pesqueras. La captura de aquel gigante trascendió la geografía portuaria para extenderse por toda la nación. ¡Todos los medios informativos cubanos reportaron aquel inusual suceso! 
El colosal pez fue remolcado desde 24 kilómetros de distancia desde una embarcación tipo Osla por los pescadores Franklin Roque, Celso Rodríguez y Germán Justo luego de permanecer 48 horas en las redes. Se aferraba tanto a la vida que hubo que realizarle ocho disparos de bala para remitirlo al otro mundo. Las mediciones realizadas entonces certificaron que el bicho medía 11 metros de largo, 15,3 pies de diámetro, 5,5 pies de ancho de cabeza y 51 pulgadas de ancho de boca. Además, se le extrajeron cuatro mil 795 libras de excelente carne y su piel fue aprovechada con fines industriales. 
Pero el acontecimiento no quedó solamente en la captura del pez y en la difusión de la noticia. ¡Ni se lo imagine! A los pocos días un compositor fue visitado por las musas y compuso una guaracha relacionada con el tema que las emisoras de radio se encargaron de popularizar, interpretada por el grupo musical Los Caribeños. En fin, que aquel tiburón ballena se hizo celebre en todo el territorio nacional y todavía, más de un cuarto de siglo después, se le recuerda.

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