El fin de año constituye un suceso trascendental dentro del almanaque y su irrupción se aguarda en el mundo de maneras muy heterogéneas y curiosas. Todo depende de la cultura, idiosincrasia y fantasía de su gente. Aquí les van algunos interesantes botones de muestra.
En Ecuador golpean, insultan e incineran monigotes de trapo que representan tanto a personajes detestables como a los más populares del año en el país. Ahí figuran no solo políticos, sino también atletas y protagonistas de telenovelas.
En Italia preparan una cena donde el plato principal utiliza lentejas, símbolo de la fortuna. También lanzan por las ventanas trastos inservibles para romper con el pasado y comenzar el año nuevo con buen pie.
En Francia los parisinos van a los Campos Elíseos y al Arco del Triunfo y brindan con champán. A medianoche se besan y abrazan bajo una rama de muérdago .
En Alemania derriten mineral de plomo sobre una cuchara. Echan el material derretido en agua fría y, según la forma que tome al endurecerse, interpretan el porvenir.
En Inglaterra se acercan al Big Ben para estar cerca del famoso reloj londinense cuando lleguen las 12 de la noche, entrelazan sus brazos y cantan la canción Auld Lang Syne.
En Escocia incineran un barril y lo echan a rodar como agente purificador. El primero que entre a una casa el primer día del año traerá buena suerte.
En Austria se reparten besos y bailan el vals de año nuevo. La Filarmónica de Viena ofrece uno de sus conciertos de Strauss más importantes.
En Dinamarca rompen platos como una demostración amor por los seres queridos. Los fragmentos se los colocan a la puerta en proporción a la magnitud del amor que les profesan.
En México barren la casa el 31 por la noche para que la suerte la encuentre limpia. Al anochecer se pasean con una maleta para atraer los viajes.
En Venezuela cenan con hallaca. También escriben los deseos en una carta que luego queman para asegurarse de que nadie más pueda leerla.
En China organizan fastuosos bailes de dragones con cintas de colores y lanzan al cielo infinidad de fuegos artificiales y trique-traques para alejar los influjos negativos.
En Japón las iglesias de todo el archipiélago tocan 108 campanadas. Cada una hace referencia a un deseo terrenal. Empiezan el año riendo porque creen que eso reporta fortuna.
En Vietnam suelen plantar un árbol de bambú en el patio y luego lo decoran con campanas, flores y serpentinas rojas para ahuyentar y protegerse de los malos espíritus.
En Tailandia lanzan agua para atraer las lluvias. También lavancon meticulosidad las imágenes de Buda y liberan a los pájaros de sus jaulas o a los peces de sus peceras.
En Australia aguardan con bulla el año nuevo. Al llegar la medianoche comienzan los silbidos, pitos de carros, aplausos, música y campanadas.
En Brasil echan al mar barquitos cargados de regalos, comida y flores. Si el mar se los lleva con buen viento es un presagio de buena fortuna.
En España cada persona se come doce uvas, una por cada hora recién llegada, y beben cava, comen turrones y cantan villancicos.
En Colombia dan un portazo para alejar los malos espíritus cuando las campanas dan las 12. Besan primero a una persona del sexo opuesto.
En Cuba todos nos abrazamos y nos deseamos felicidad y ventura para la familia entre tragos de ron, lechón asado y música a todo volumen.
1 comentarios:
Muy bonito, pero me consta que no "todos" en Cuba tuvieron el lechón.
China: ¿Te refieres al 31 de diciembre o a la fecha en que caiga el Año Nuevo Chino?
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