domingo, 8 de abril de 2007

Mi familia por dentro

SOFÍA vino al mundo un poco después de la medianoche del viernes 10 de diciembre del año 2004. Pesó en la báscula siete libras con cinco onzas. En el horóscopo es Sagitario, igual que yo. Caminó a los 14 meses de nacida. Desde hace aproximadamente un año asiste al círculo infantil «Las Tres Casitas», no lejos de nuestra casa. Allí, entre otras cosas, ha aprendido a llevar un horario del día, a relacionarse con nuevos amiguitos y a cantar canciones infantiles. En estos momentos Sofía se sabe más de 20 canciones, las cuales interpreta a su manera, ya espontáneamente, ya por petición. También le agrada mucho pintar, para lo cual me escamotea hojas de papel y luego las garabatea con sus crayolas de colores. Con lo que más simpatiza Sofía es con los libros, a pesar de que aún no sabe leer. Tiene alrededor de 15 libros infantiles, y los hojea y ojea a todas horas. Ella suele pararse en medio de la sala con un libro abierto a hacer como si lo leyera en su gerigonza. Además, exige que se les lean «de verdad» en diferentes horarios. De tanta lectura escuchada, Sofía puede recitar de memoria Los zapaticos de Rosa y La rosa blanca, dos textos fundamentales de José Martí. Es aficionada a clásicos como La Edad de Oro, La Cenicienta, El soldadito de plomo, Pinocho, El gallo de bodas, etc. Y a la literatura infantil cubana, especialmente al libro que narra en versos las aventuras de Chamaquili, un niño salido de la imaginación de Alexis Díaz Pimienta, de quien, por cierto, acabamos de recibir un correo electrónico donde asegura sentirse muy emocionado "al saber que la pequeña Sofía disfruta de esos poemas". Pueden ver el contenido de ese mensaje en el comentario adjunto a esta entrada. Otra faceta de Sofía es que es capaz de pasarse horas completas petrificada frente a la pantalla del televisor mientras disfruta de programas infantiles tales como La sombrilla amarilla, Alánimo y La canción infantil. Mientras está así no se permite distracciones de ningún tipo. Su película favorita es Shrek, ¡la ha visto decenas de veces! Todos los domingos la llevo al Teatro Guiñol a ver los títeres y los payasos. Ella disfruta tremendamente esos espectáculos y regresa a casa llena de fantasías. Definitivamente, Sofía está manifestando una marcada preferencia por el arte.
BEATRIZ nació al mediodía del lunes 3 de abril del año 2006, es decir, alrededor de 16 meses después que su hermanita mayor. Su signo zodiacal es Aries. Pesó siete libras exactas en la báscula del hospital «Doctor Ernesto Guevara de la Serna», en Las Tunas, Cuba. Se trata de una diablita intranquila y simpática, que irradia carisma por todas partes. La Betty es capaz de tirarle los brazos a cualquiera, aunque no lo conozca. Siempre está de buen humor y con una sonrisa pícara a flor de labios. Nuestros amigos se desviven por tenerla entre sus brazos, porque Beatriz es la alegría personificada. Exhibe una salud de hierro y un apetito voraz, incluso en los horarios más insospechados. Come lo mismo carne asada que pan viejo. Cuando tiene hambre no entiende de bromas. Tan pronto se llena, es toda risa. Duerme de un tirón toda la noche, aunque antes de irse a la cuna exige su correspondiente biberón con nueve onzas de leche. Se despierta primero que Sofía y rápidamente clama por su desayuno. Es juguetona y le encanta mortificar a su hermana, pues tan pronto se le presenta una oportunidad le quiere quitar sus juguetes, principalmente sus libros. Recientemente le celebramos su primer añito y lo disfrutó mucho. Llora muy poco, pero, cuando lo hace, altera a todo el mundo en la casa por la intensidad de sus gritos. Algunos en la familia aseguran que se da un parecido a mi difunta madre. ¡Cuánto orgullo hubiera sentido mi vieja con esa conmparación!" Beatriz todavía no camina sola, pero ya está dando pasitos con cierta seguridad. Esperamos que dentro de un mes a lo sumo ya lo haga sin dificultades. Yo la saco a pasear cada vez que puedo y en la calle la gente la celebra mucho. La llevo a visitar a mis parientes y a mis amigos. Cuando crezca un poquito más, comenzaré también a llevarla al parque infantil y al guiñol.
IRIS, mi esposa, nació el 15 de enero de 1971. Procede del municipio de Pilón, en la provincia de Granma. Realizó sus estudios secundarios y de pre-universitario en el Instituto Pre-Universitario Vocacional de Ciencias Exactas José Martí, de la ciudad de Holguín. Allí le fue asignada la carrera de Licenciatura en Periodismo, que cursó en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, desde el año 1988 hasta el año 1993, cuando se graduó. Fue en su época universitaria cuando nos conocimos, ya que los dos estábamos en la misma aula. Nos acercaron, principalmente, la afición por la lectura y la afinidad de intereses. Formamos pareja desde el año 1991. Cuando se graduó como licenciada en Periodismo, fue ubicada para su servicio social en su municipio de residencia, en calidad de corresponsal de la emisora provincial Radio Bayamo. Desde Pilón realizó coberturas y reportes diarios para la planta matriz sobre el acontecer socio-económico del territorio, principalmente del polo turístico existente en la zona, con sus hoteles Cuatro Estrellas Farallón del Caribe y Marea del Portillo. Al cumplir sus dos años de servicio social, vino para Las Tunas a reunirse conmigo y comenzó a trabajar en el periódico 26, donde todavía se mantiene, aunque hace dos años que apenas escribe por encontrarse de licencia de materrnidad.. Llevamos casi 15 años de relación matrimonial. Como profesional, ha ganado diversos concursos y sus trabajos de opinión sobre temas de la juventud suelen tener repercusión. Con ella he formado mi pequeña familia.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

SAludos, Juan, Sofía y toda la familia. Soy Alexis Díaz-Pimienta, el autor de Chamaquili. No imaginan, de verdad, la emoción que me ha dado saber que la pequeña Sofía disfruta esos poemas.Quiero que sepan que el pequeño e ingenioso Chamaquili no salió "de mi imaginación", no exactamente; es mi hijo menor, se llama Alejandro, y tiene ahora 4 añitos. Esos poemas publiados recogen sus ocurrencias y poeticidades desde que tenía 2 añitos o menos, desde que empezó a hablar. Y como mi Alejandro-Chamaquili ha siguido creciendo, sus libros también. Ese año se publicó Buenos días, Chamaquili (el segundo) y les anuncio (en primicia) que para la próxima feria deberá salir el tercero: Chamaquili y la increíble historia del gallito cojo. Todos, repito, están inspirado en cosas que dice y ocurrencias que tiene mi hijo más pequeño. Por eso yo digo ue todos los niños y niñas (mi Alejandro y tu Sofía, todos) son Chamaquilis, son pequeños poetas a los que hay solamente que prestar atención y copiar lo que dicen, ya que ellos lamentablemente, no saben escribir. Un beso a la pequeña Sofía, que espero conocer algún día. Un abrazo para ti, Juan, y para toda tu familia. Alexis

 
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