sábado, 31 de diciembre de 2011
Así esperan el año nuevo
El fin de año constituye un suceso trascendental dentro del almanaque y su irrupción se aguarda en el mundo de maneras muy heterogéneas y curiosas. Todo depende de la cultura, idiosincrasia y fantasía de su gente. Aquí les van algunos interesantes botones de muestra.
En Ecuador golpean, insultan e incineran monigotes de trapo que representan tanto a personajes detestables como a los más populares del año en el país. Ahí figuran no solo políticos, sino también atletas y protagonistas de telenovelas.
En Italia preparan una cena donde el plato principal utiliza lentejas, símbolo de la fortuna. También lanzan por las ventanas trastos inservibles para romper con el pasado y comenzar el año nuevo con buen pie.
En Francia los parisinos van a los Campos Elíseos y al Arco del Triunfo y brindan con champán. A medianoche se besan y abrazan bajo una rama de muérdago .
En Alemania derriten mineral de plomo sobre una cuchara. Echan el material derretido en agua fría y, según la forma que tome al endurecerse, interpretan el porvenir.
En Inglaterra se acercan al Big Ben para estar cerca del famoso reloj londinense cuando lleguen las 12 de la noche, entrelazan sus brazos y cantan la canción Auld Lang Syne.
En Escocia incineran un barril y lo echan a rodar como agente purificador. El primero que entre a una casa el primer día del año traerá buena suerte.
En Austria se reparten besos y bailan el vals de año nuevo. La Filarmónica de Viena ofrece uno de sus conciertos de Strauss más importantes.
En Dinamarca rompen platos como una demostración amor por los seres queridos. Los fragmentos se los colocan a la puerta en proporción a la magnitud del amor que les profesan.
En México barren la casa el 31 por la noche para que la suerte la encuentre limpia. Al anochecer se pasean con una maleta para atraer los viajes.
En Venezuela cenan con hallaca. También escriben los deseos en una carta que luego queman para asegurarse de que nadie más pueda leerla.
En China organizan fastuosos bailes de dragones con cintas de colores y lanzan al cielo infinidad de fuegos artificiales y trique-traques para alejar los influjos negativos.
En Japón las iglesias de todo el archipiélago tocan 108 campanadas. Cada una hace referencia a un deseo terrenal. Empiezan el año riendo porque creen que eso reporta fortuna.
En Vietnam suelen plantar un árbol de bambú en el patio y luego lo decoran con campanas, flores y serpentinas rojas para ahuyentar y protegerse de los malos espíritus.
En Tailandia lanzan agua para atraer las lluvias. También lavancon meticulosidad las imágenes de Buda y liberan a los pájaros de sus jaulas o a los peces de sus peceras.
En Australia aguardan con bulla el año nuevo. Al llegar la medianoche comienzan los silbidos, pitos de carros, aplausos, música y campanadas.
En Brasil echan al mar barquitos cargados de regalos, comida y flores. Si el mar se los lleva con buen viento es un presagio de buena fortuna.
En España cada persona se come doce uvas, una por cada hora recién llegada, y beben cava, comen turrones y cantan villancicos.
En Colombia dan un portazo para alejar los malos espíritus cuando las campanas dan las 12. Besan primero a una persona del sexo opuesto.
En Cuba todos nos abrazamos y nos deseamos felicidad y ventura para la familia entre tragos de ron, lechón asado y música a todo volumen.
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lunes, 5 de diciembre de 2011
Locales tuneros de antaño.

Algunos eran pequeños espacios habilitados para esos propósitos, como el Garage Pepe (foto de la derecha de 1945), radicado por entonces en la esquina de las calles Nicolás Heredia y Francisco Varona (carretera central), al lado de la Villa de Jabón Candado, justamente donde hoy presta servicios una carnicería.
El local era propiedad de un tal Teófilo Pérez, quien se lo alquiló a José Rodríguez Rodríguez (Pepe) para que este montara allí una gasolinera. .Posteriormente, en los años 50 y tanto, Pepe construyó y puso a funcionar la Terraza Club Tunas (hoy La Cubana), casi frente al garage de referencias. La gente conocíó a ese sitio con el nombre de La Cubana -la denominación llegó hasta nuestros días- porque una ruta de ómnibus Santiago-Habana denominada así tenía en aquel lugar una de sus escalas.
En la foto de la izquierda se aprecia la distribución de los servicios que prestaba la unidad, con una bomba en la parte exterior para vender combustible y un pequeño taller interior para labores de mecánica automotriz, llamado, como su antecesor, Garage Pepe.
En el propio primer piso funcionaban una cafetería y un bar con acceso desde la acera. La instalación disponía de un mostrador y mesas para uso del público. Tres toldos de lona protegían del sol oblicuo a los usuarios. En el segundo nivel estaba la terraza, donde se celebraban regularmente fiestas y otras actividades análogas. Y en el tercero, la azotea cercada.
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En el propio primer piso funcionaban una cafetería y un bar con acceso desde la acera. La instalación disponía de un mostrador y mesas para uso del público. Tres toldos de lona protegían del sol oblicuo a los usuarios. En el segundo nivel estaba la terraza, donde se celebraban regularmente fiestas y otras actividades análogas. Y en el tercero, la azotea cercada.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Mi familia del aula
Estos son mis alumnas y alumno (porque solo hay un varón) de cuarto año de la carrera de Comunicación Social, adscripta a la Facultad de Humanidades de la Universidad de Las Tunas. A ellos les imparto durante el primer semestre la asignatura Fundamentos del Periodismo. Se trata de un grupo entusiasta y disciplinado donde la inteligencia y el talento son un factor común. Disfruto una enormidad cada sesión en el aula en su compañía, porque salgo enriquecido tanto en lo académico como en lo espiritual. Mis clases, por cierto, no constituyen modelos de técnica y maestría pedagógicas ni mucho menos. En realidad, no soy profesor de carrera, sino «a la carrera». Sin embargo, los muchachos (as) suelen motivarse bastante con los temas que les propongo y, en consecuencia, participan con sugerencias y opiniones, la mayoría interesantes y lúcidas. Conversar y dialogar, eso es lo que hacemos cada semana mis estudiantes y yo. Y gracias a esa interacción devenida divertimento, hoy a ellos les gusta más y entienden mejor el Periodismo, esa profesión a la que el colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, llamó en una oportunidad «el mejor oficio del mundo».En la foto aparece también -entre mis brazos- mi pequeña hija Beatriz.
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miércoles, 9 de noviembre de 2011
Desaparece una... dama
viernes, 28 de octubre de 2011
El teacher Vivian


jueves, 13 de octubre de 2011
Recuerdos musicales
Las fiestas populares manatienses de fines de los 70 y años posteriores casi siempre eran amenizadas por una agrupación musical gratamente recordada en nuestra localidad: Verano´78. El colectivo adoptó su nombre por la etapa estival de su fundación, cuando un piquete de aficionados al divino arte del dios Orfeo se reunió para descargar en algún motivito del batey azucarero. A partir de aquel momento, sus presentaciones se hicieron habituales los fines de semana en lugares como La Piragua, la Casa de la Cultura, El Ranchón y otros escenarios. Su repertorio se alimentaba de los temas de moda que más se escuchaban por la radio, aunque también contaba con números compuestos por miembros del conjunto. Les identificaré a los integrantes que aparecen en esta imagen de 1986, con sus respectivos instrumentos. Detrás, de izquierda a derecha, Eddy Rodríguez Briñoñes (trompeta), Jorge Bejerano (trompeta), Enrique "Kiki" Pagés (trompeta), Ruperto "Son" Guibbons (saxofón) y Geonel Novella (bajo). Delante, también de izquierda a derecha, Ángel Bejerano (cantante), Fidel Acevedo (bongoes), Albi García Cartaya (timbales), Esteban Eversley (cantante), Reynaldo "Papito" Balbuena (congas) y Reynaldo "Chocho Gwe" Fernández (maracas). Verano´78 desapareció de la escena cultural de Manatí en los años 90 del siglo pasado.
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lunes, 26 de septiembre de 2011
Chaplin en un poema
VIDA
Ya perdoné errores casi imperdonables,
ya sustituí personas casi insustituibles,
ya olvidé personas casi inolvidables,
ya hice cosas por impulso,
ya me decepcioné de alguien
de quien no pensé decepcionarme.
Ya abracé para proteger,
ya me reí cuando no podía,
ya hice amigos de verdad,
ya amé y me amaron,
ya me amaron y no amé,
ya grite y salté de felicidad,
ya hice juramentos eternos,
ya lloré oyendo música y viendo fotos,
ya llamé solo por escuchar una voz,
ya me enamoré por una sonrisa,
ya pensé que iba a morir de nostalgia,
ya temí perder a alguien especial...
¡Pero a todo sobreviví! ¡Y estoy vivo!
Ahora no solo paso por la vida, ¡vivo!
Y tú tampoco deberías no solo pasar.
Hay que abrazar la vida y vivirla con pasión.
Hay que abrazar la vida y vivirla con pasión.
Bueno es acudir decidido a la lucha.
Pero a vencer con clase y a perder con osadía.
Porque el mundo pertenece a quien se atreve.
Y la vida es mucha cosa para ser insignificante.
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lunes, 19 de septiembre de 2011
Cosas del pasado
El tema relacionado con la segregación racial siempre me ha resultado antipático. Opino que en el planeta solo existe una raza: la humana. Lamentablemente, no se puede borrar de un simple plumazo el pasado. De ahí que, por entonces, en Manatí mucha gente se organizaba en sociedades según fuera el color de su piel.
Esta foto pertenece a la familia manatiense Eversley Goulbourne. Me la facilitó mi amigo Jorgito -ya la había publicado Geovanis, El Guajiro, en su perfil de Facebook-, uno de sus miembros, quien reside actualmente en Inglaterra, donde se dedica a la música. Es del llamado Manatí Social and Cricket Club (MSCC), más conocido en la localidad por Club de los Jamaiquinos. Estaba ubicado detrás del otrora taller del INRA, justamente en el inmueble donde años después vivió con su familia un popularísimo profesor de inglés -nacido en Barbados- llamado Vivian Yearwood. .
La imagen fue tomada entre los años 1955 y 1958, y refleja una actividad festiva del club, en ocasión de la coronación como Reina de la sociedad de la señorita Eva Martínez, que aparece al centro. Entre otros semblantes identificables, figuran en la instantánea -atildados, juveniles y elegantes- Donald Muir (Pancho), a la izquierda, con traje blanco y lacito. Y, a su lado, con chaqueta blanca, Ruperto Guibbons Dixon (Son).
También quedó atrapada para la posteridad en la cartulina la señorita Eva Nicholas. Y en la extrema derecha, Jorge Eversley Betts (Cherly Eversley), último presidente del Club de los Jamaiquinos (etapa 1957-1961), pastor de la Iglesia Metodista de Manatí y experto en reparar televisores.
Según me contaba mi padre, esta sociedad contó con gran arraigo popular en Manatí, mayor, en ocasiones, que las mal llamadas «solo para blancos». Tanto que el el Club... contrataba todos los años para sus festividades a las mejores orquestas de Cuba, incluyendo a la de Benny Moré y la Aragón. Y a sus instalaciones había que entrar de «cuello y corbata"».
Además del Club de los Jamaiquinos, existió en Manatí la denominada Sociedad de Color, situada a la sazón en la zona donde funciona hoy el complejo de servicios de barbería, peluquería y estudio fotográfico. Era un caserón de madera, con entrada frente al local del Sindicato Azucarero.
Mi amigo manatiense Alexis López, radicado desde hace años en Estados Unidos, comenta aquella realidad de las siguiente manera:
«Pero Manati nunca fue un pueblo dividido racialmente. Su gente se llevaba como familia, a pesar del color de la piel. Mi papá me conto un pasaje cómico. Resulta que en una fiesta popular impusieron la separacion racial y colocaron una soga para que de un lado bailaran los blancos y del otro los negros. Según asegura mi viejo, un manatiense blanco se puso a bailar con una manatiense negra, separados solo por... ¡la soga!
El racismo es un fenómeno complejo. ¡Hasta en la racista Sudáfrica pasó a la historia! La sociedad que se respete no puede tolerarlo.
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El racismo es un fenómeno complejo. ¡Hasta en la racista Sudáfrica pasó a la historia! La sociedad que se respete no puede tolerarlo.
martes, 13 de septiembre de 2011
Incentivo de carnaval
Los carismáticos artistas se presentaron con extraordinaria aceptación y asistencia de público en varios escenarios de la ciudad. En la foto figuran, de izquierda a derecha, Aurora Basnuevo (Estelvina), Martha Jiménez Oropesa (Rita) y los ya fallecidos Wilfredo Fernández (Alejito) e Idalberto Delgado (Paco).
Alegrías de Sobremesa es uno de los espacios emblemáticos de la radio nacional y forma parte de la identidad de millones de cubanos, quienes suelen ser puntuales en su sintonía. Comenzó a transmitirse el 15 de abril de 1965, bajo la dirección de su fundador, Antonio (Ñico) Hernández. Su libreto lo escribió por más de 40 años Alberto Luberta, Premio Nacional de Radio, Premio Nacional de Humorismo y Premio Por la Obra de la Vida.
Además de ocupar un importante sitio en el rating radial cubano, el programa le dio cabida en sus libretos a buena parte de los actores y actrices más destacados del país enm diferentes épocas. Entre ellos se citan Agustín Campos (Perfecto Carrasquillo), Pipo de Armas (Ceferino), José Antonio Rivero (El Encargado) y Juan Carlos Romero (Juanca).
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