Aquí están de nuevo mis hijas. Evidentemente, a este par de bribonzuelas les encanta hacerse fotografías. ¿O será acaso papá quien las embulla a posar para su cámara? Sí, la estampa es tan reincidente que se justifican las suspicacias. Como suele aparecer en las películas -y parafraseando la idea como me conviene- cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia. En fin, que me gustaron estas imágenes donde figuran, primeramente, Sofía y Beatriz en el balcón de nuestro apartamento, listas para un paseo dominical con sus flamantes gafas de sol; y después, tocadas con un par de gorras para ir a corretear a un parquecito cercano. Ahhh, y una sonrisa confirmatoria de que no existe felicidad más intensa y entrañable que la de los niños. Perdón, Sofía, ¡y la de las niñas!
Y VAMOS PA´L 65
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Diciembre nos acaba de poner en el carril de los 65.
Seis décadas y media de Revolución.
Seis décadas y media de aciertos y de tropiezos, pero sin ...
Hace 1 año
3 comentarios:
Es que la belleza merece su espacio público, por ten siempre a tus hijas en el blog. Las justificaciones por estar siempre presentes NO son necesarias, pues sus sonrisas alegrarán a muchos.
Son dos hermosas princesas, alegrese, pues usted fue llamado rey. Dos bellas perlas.
Bienvenida la Paternidad consciente. Preciosas tus princesas.
Un abrazo,
Zenia
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