jueves, 25 de diciembre de 2008

La primera construcción europea en América

La primera construcción occidental en el continente americano acaba de cumplir 516 años de erigida. Aunque, obviamente, de su arcaica y rústica estructura no quedó para la posteridad ni siquiera un clavo, resulta interesante conocer las circunstancias de su debut. El hecho ocurrió el 25 de diciembre de 1492, y establece nexos con la primera travesía de Cristóbal Colón al llamado Nuevo Mundo.
A juzgar por las crónicas de la época, a inicios del citado mes de diciembre el Gran Almirante arribó con sus tres carabelas al litoral de La Española, isla a la que los nativos llamaban por entonces Bohío. Fue recibido junto a sus hombres de mar con grandes muestras de amabilidad, especialmente por parte de Guacanagarí, cacique de la costa noroeste de lo que es hoy Cabo Haitiano, en la vecina República de Haití
.
Por un descuido del propio Cristóbal Colón, días después encalló entre los arrecifes de la costa la Santa María, buque insignia de la expedición española. Tenía tres palos, 76 pies de largo, 26 de ancho, siete de calado y un peso muerto de 225 toneladas. Del accidente salió ilesa la totalidad de su tripulación –compuesta por 30 marineros y dos grumetes-, pero la embarcación quedó inutilizada por completo para navegar.
Los aborígenes taínos, con Guacanagarí al frente, ayudaron a los recién llegados en las labores de salvamento, tanto de los hombres como de la carga que la nave transportaba a bordo. Al concluir esta tarea, el genovés decidió que con los restos de la nave se construyera un fuerte al que dio por nombre Navidad, en honor al 25 de diciembre, día de la zozobra. Así quedó fundada la primera construcción occidental en América, localizada entre la desembocadura del río Guarico y la Punta de Picolet.
Tras la edificación del fuerte, Colón decidió regresar a España con La Pinta y La Niña, las dos carabelas restantes, el 4 de enero de 1493. En el flamante fuerte quedaron la tripulación de la nave siniestrada y otro grupo de hombres fuertemente armados bajo las órdenes de Diego de Arana, alguacil de la expedición, con provisiones suficientes como para soportar sin contratiempos una prolongada y paciente espera.
Luego de dos meses a través del Atlántico alcanzó Lisboa y después Palos de la Frontera. En abril llegó a Barcelona donde fue recibido como un héroe por los Reyes Católicos. El detallado informe que Colón escribió explicando lo que había visto en las nuevas tierras se reprodujo enseguida y fue conocido con gran interés por los europeos. Los resultados obtenidos animaron a la corona a preparar el segundo viaje.
Así fue como el Gran Almirante reunió una gran flota compuesta por 17 navíos con mil 500 hombres y se hizo otra vez a la mar rumbo al Nuevo Mundo el 25 de septiembre de 1493. Llevaba la instrucción expresa de Isabel y Fernando, los soberanos españoles, de colonizar, convertir y explotar económicamente las tierras descubiertas. La nave capitana fue nombrada La Santa María, en honor a su predecesora.
El 27 de noviembre, luego de enfrentar peligros y avatares sobre el océano, la flota tiró anclas a la altura del fuerte Navidad. Para su sorpresa, Colón lo encontró completamente destruido y comprobó -aterrado- que toda la guarnición había sido aniquilada. Luego el cacique Guacanagarí le explicó que, debido a las violaciones, abusos y atropellos cometidos por los españoles contra las indígenas de la comarca, el cacique caribe Canoabo, junto a sus hombres y a su mujer Anacaona, los eliminaron.
Ese fue el origen y el final del primer asentamiento europeo en América.

1 comentarios:

Yolanda Molina Pérez dijo...

Juan felicidades para ti y el equipo femenino que te acompaña, me alegra que Iris se sume al Club, FELIZ 2009.

 
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