Estas son mis princesas SOFÍA (derecha) y BEATRIZ. Sofía es apasionada de la lectura, romántica de nacimiento, osada hasta la temeridad, admiradora de la belleza, original hasta el asombro, fértil de imaginación, defensora de la justicia, cultora de la gratitud, obsesiva de las redes sociales, amante de los detalles, conversadora infatigable, devota del buen humor, generosa con los humildes, caprichosa para comer, elegante de palabra, renuente a las chancletas, aplicada en el estudio, curiosa incorregible, ávida del saber, adoradora de la sonrisa y guardiana de la naturaleza. BEATRIZ es aficionada a las canciones, ágil en las respuestas, precavida ante lo desconocido, cumplidora de promesas, fiel con sus amigas, fanática de los teléfonos celulares, inventora de gangarrias, persistente en sus deseos, amorosa con sus muñecas, sensible ante los regaños, efusiva con sus maestras, carismática de cuna, presumida permanente, voraz de apetito, introvertida de circunstancias, cultivadora de amistades, mimosa como una gatita, callejera a cualquier hora, protestona cuando la mandan, rapidísima de sueño y cariñosa hasta lo inimaginable. SOFI nació el 10 de diciembre de 2004; BETI, el 3 de abril de 2006. Ambas son traviesas como ardillitas, desordenadas con sus pertenencias, preguntonas de lo humano y lo divino, fantasiosas por excelencia, refunfuñonas si se sienten aludidas, destructoras de lapiceros, líderes naturales, adulonas cuando les conviene, derrochadoras de hojas de papel, pícaras de personalidad, divertidas de anecdotario, fans de las tijeras, adictas a mi computadora, insaciables con el helado, inseparables en la vida, solidarias con cualquiera, conquistadoras de corazones, consumidoras de telenovelas, populares desde que vinieron al mundo, adorables de carácter, celosas con sus juguetes, idénticas y diferentes… Y-¡oh, qué maravilla!- las dos son buenísimas personas. Todo lo que hago es por su felicidad, porque prefieran lo espiritual sobre lo material y por evitar que se contaminen con malos ejemplos. ¡Dios bendiga y proteja a mis hijas!
El Campeonato Mundial de Fútbol es, después de los Juegos Olímpicos, el acontecimiento deportivo más importante del planeta. Pero no solo goles genera esta competencia cuatrienal, cuya 19 edición dará inicio el próximo 11 de junio en Sudáfrica. Las curiosidades también les son afines desde que comenzó a rodar el balón hace ya 80 veranos. Les propongo estas que recopilé pacientemente en varios sitios de Internet especializados en la materia.
1930 (Uruguay): EE.UU. acudió con un equipo compuesto por veteranos escoceses naturalizados... El rumano Steiner, primer lesionado en tiempos en que no se permitían realizar cambios de jugadores... Única copa de la historia en que no hubo empates... La menor afluencia de público: 300 hinchas en el juego Rumania-Perú… El rey rumano Carol I fue el seleccionador de su país… En la final goleó el uruguayo Héctor Castro, a quien le faltaba el brazo izquierdo… Las costuras del balón oficial forzaron a los jugadores a usar boinas de protección para los cabezazos…
1934 (Italia): Los argentinos Monti, Orsi, Guaita y Demasíalos, primeros jugadores en integrar un equipo de otro país (Italia)… En la final, casi todos los 45 mil asistentes eran miembros del partido fascista italiano, quienes no cesaron de vitorear al dictador Benito Mussolini… Un delantero de Suiza jugó toda la copa con espejuelos, e, incluso, anotó así dos goles… Italia venció 7-1 a EE.UU., pero todos los goles fueron obra de italianos, porque el del vencido lo marcó Aldo Donelli, inmigrante lombardo radicado en New York...
1938 (Francia): Al hacer el saque de honor, Albert Labrun, Presidente francés, en vez de darle al balón, pateó el césped… En el juego Suiza- Alemania, los 21 mil asistentes cantaron a coro La Marsellesa para responder al saludo nazi de los germanos… En un partido lluvioso frente a Polonia, el brasileño Leonidas perdió un zapato, pero marcó un gol descalzo… Los guardametas usaron aquí por primera vez gorras y rodilleras… El gol sueco frente a Hungría ocurrió a los 36 segundos, y fue su único tiro a puerta en 90 minutos de juego...
1950 (Brasil): El sueco Nilsson y el suizo Bickel, únicos en participar en copas antes y después de la Segunda Guerra Mundial... Los indios no asistieron porque la FIFA no los autorizó a jugar descalzos, como en su país... Aparecieron por primera vez números en las camisetas... A los 22 juegos asistieron más de un millón 300 mil personas… Tras su derrota en la final, Brasil cambió el uniforme que usaba desde 1919 por el actual verde-amarillo…Récord: más de 200 mil personas en el estadio Maracaná en la final Brasil-Uruguay...
1954 (Suiza): Los jugadores alemanes estrenaron aquí zapatos deportivos marca Addida, con tacos intercambiables… La gran figura de la copa fue el húngaro Ferenc Puskas, capitán del equipo y coronel del Ejército magyar… El partido Yugoslavia-Francia, primero en la historia en transmitirse en vivo por televisión para toda Europa… Dos hermanos integraron el equipo alemán, titular del torneo: Fritz y Oskar Walter… Se disputó el partido con mayor número de goles en la historia de las copas mundiales: Austria 7-Suiza 5…
1958 (Suecia): Primera final entre países de distintos continentes: Suecia-Brasil… Aparecieron los guantes en el vestuario de los porteros y el primero en exhibirlos fue el soviético Lev Yashin… Al regresar los brasileños a su país, su gobierno le regaló un apartamento a cada miembro del equipo campeón mundial… El francés Just Fontaine anotó aquí 13 goles, récord absoluto para un torneo… Única copa en que participaron cuatro selecciones adscriptas al Reino Unido de Gran Bretaña: Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales…
1962 (Chile): El equipo español fue llamado jocosamente aquí «la ONU», por tener en su nómina jugadores de varias nacionalidades: Santamaría (uruguayo), Di Estéfano (argentino), Martínez (paraguayo) y Puskas (húngaro)… La copa más violenta, con 91 lesionados, incluyendo roturas de piernas, tabiques y caderas... Brasil ganó las cita con 9 de los 11 regulares de Suecia´58… Cuando la subestimada Chile derrotó a la URSS en su partido particular, la gente salió con carteles que decían: Subdesarrollados 2 – Europa 1…
1966 (Inglaterra): Vencida por Corea, Italia se excusó con que los asiáticos suplantaron su once regular en el descanso aprovechando el parecido entre sus jugadores… El arquero azteca Antonio Carvajal jugó aquí su quinto mundial… Antes del torneo, la copa Jules Rimet fue robada en Londres y hallada 7 días después por un perro… Tras su expulsión contra los locales, el argentino Antonio Rattín pisó ofensivamente la alfombra roja de la reina Isabel II... La fama del portugués Eusebio Da Silva obligó a darle proteción policial...
1970 (México): Se introdujo la novedad de dos cambios de jugadores por partido… El brasileño Mario Zapallo, primero en ganar la copa como jugador (1958 y 1962) y aquí como técnico… Debutaron las tarjetas amarilla y roja, pero, curiosamente, no hubo expulsiones… Primer torneo en transmitirse por TV en colores… Al coronarse con su equipo, Pelé devino el único jugador en ganar tres de las cuatro copas en que participó… El alemán Beckenbauer jugó contra Italia con un brazo en cabestrillo por una luxación en el hombro…
1974 (Alemania): Debutó para ser entregada al campéón una copa de oro macizo de 18 quilates, 36 centímetros de alto y cinco kilogramos de peso, obra del escultor italiano Silvio Gazzaniga… Se realizaron los primeros controles antidoping, y el haitiano Jean Joseph fue expulsado por consumir estimulantes… Los shorts de juego comenzaron a exhibir los números correspondientes… Hasta hoy, el torneo con más tarjetas amarillas mostradas: 79… Holanda, llamada la Naranja Mecánica, fascinó con su juego, aunque quedó segunda…
1978 (Argentina): El holandés Brandts, único en las copas en anotar un gol en contra y otro a favor en un mismo partido (vs Italia)... Otro holandés, Rensenbrink, marcó aquí el gol mundialista número mil… Túnez, primer equipo africano en ganar en torneos mundiales, al vencer a México 3-1… Mario Kempes, el único jugador argentino que, al celebrase esta copa, militaba en un club extranjero (Valencia, España)… Para poder ir a la final contra Holanda, Argentina debía superar a Perú por cuatro goles de diferencia, y le sacó seis...
1982 (España): Aumentaron a 24 los equipos y se disputaron 52 juegos en 14 ciudades… La mayor goleada de las copas: Hungría 10 - El Salvador 1… La semifinal que ganó Alemania a Francia, primera en decidirse por penales… El húngaro Laszlo Kiss, único jugador suplente que marcó tres goles en un juego… El dictador haitiano Duvalier instruyó a su equipo de cómo jugar y no le pudo ir peor... Se entregó por primera vez el Botín de Oro al líder goleador y el Balón de Oro al mejor jugador, ambos al italiano Paolo Rossi…
1986 (México): Primera sede que repite, al declinar Colombia por razones socio-económicas… Por primera vez el público hizo la ola en las graderías de los estadios… El uruguayo Batista, expulsado solo 55 segundos después de comenzar el partido vs. Escocia… Se jugó con un balón llamado Azteca, completamente sintético… Diego Armando Maradona le anotó un gol de ensueño a los ingleses y un segundo con la ayuda de una mano… En el partido Inglaterra-Paraguay, dos jugadores británicos tenían nombres iguales: Gary Stevens…
1990 (Italia): Última copa para equipos que luego se desintegraron, como Alemania Federal, Yugoslavia y Checoslovaquia… Se obligó a los jugadores a usar espinilleras… El portero italiano Walter Zenga llegó a 517 minutos sin permitir goles en estos torneos… Solo se anotaron 115 goles, para un promedio de 2,21 por juego, el menor en la historia copera… Se mostraron 16 tarjetas rojas y 164 amarillas, a 3,46 por partido, otro récord negativo… Los hooligans ingleses dejaron su trágica marca, y más de 300 fueron deportados…
1994 (EE.UU.): El delantero camerunés Roger Milla, el jugador de más edad en la historia de las copas mundiales: 42 años… Aparecieron los nombres de los futbolistas en sus camisetas de juego… El ruso Oleg Salenko marcó cinco veces ante Camerún, récord para certámenes del orbe… El alemán Effenberg, expulsado a su país por hacer un gesto obsceno al público… Conmoción con la noticia del doping de Maradona, separado del mundial… Por primera vez una final terminó 0-0 y hubo que decidir por series de penaltis…
1998 (Francia): Participaron 32 equipos, divididos en ocho grupos… El danés Ebbe Sand anotó frente a Nigeria solo 16 segundos después de entrar como suplente… Cifra récord de tarjetas rojas: 22… Un gran equipo francés batió 3-0 en la final a Brasil… El alemán Lothar Matheus igualó al azteca Carvajal al jugar su quinto mundial… Croacia sorprendió al obtener el tercer lugar en su primera copa como país independiente… Dos millones de personas se concentraron en los Campos Elíseos para celebrar la victoria gala...
2002 (Corea del Sur y Japón): El español López Nieto amonestó a 16 jugadores y expulsó a dos en el partido Alemania-Camerún… El turco Sukur anotó a los 11 segundos de juego el gol más rápido en la historia de las copas… El brasileño Cafú, primer jugador en disputar tres partidos finales… El único torneo con equipos de América del Norte, América del Sur, Europa, Asia y África en cuartos de finales… El serbio Bora Milutinovic asistió a su quinto mundial consecutivo como director técnico, siempre con un país diferente...
2006 (Alemania): Más de 15 mil periodistas y 180 televisoras les dieron cobertura a los 64 partidos celebrados en 12 ciudades alemanas… Los 23 jugadores del equipo de Costa de Marfil militaban en equipos extranjeros… El ecuatoriano Lara, el jugador más bajo del mundial (1,62 m.); y el checo Koller el más alto (2,02 m.) y el más pesado (100 kg.)… El club ingles Chelsea, el más representado en el mundial con 16 jugadores, seguido del Arsenal (15) y el Milán (13)… Zidane se retira del fútbol con una expulsión en la final por un cabezazo...
La Televisión Cubana recién acaba de anunciar que transmitirá por la pequeña pantalla los 64 encuentros del casi inminente Campeonato Mundial de Fútbol, previsto para celebrase en la lejana Sudáfrica desde el próximo 11 de junio. Se trata de una excelente noticia para los millares -¿millones?- de hinchas que tiene por toda nuestra geografía el más universal de los deportes.
Puedo imaginarme los acalorados conflictos de intereses que se desatarán en los hogares cuando el árbitro suene su silbatoen el juego inaugural. Y si algún encuentro se planifica en el horario nocturno, las mujeres pondrán el grito en el cielo, porque en la noche ellas suelen disfrutar de las telenovelas. Harán cualquier cosa por salirse con la suya.
Si alguien no tiene una idea clara de lo que significa este suceso deportivo de un mes de duración para aficionados de todas las zonas, razas, creencias, ideologías, posiciones y oficios, lea este simpático texto que circula por Internet. Lo escribió especialmente para su esposa un futbolmaníaco anónimo. Lo piensa pegar en la puerta del refrigerador para que su media naranja sepa qué le reservan las emotivas jornadas del campeonato mundial del deporte de las multitudes. Dice:
«Querida, durante los 30 días del mundial el televisor me pertenece. Si tienes necesariamente que pasar frente a la pantalla, puedes hacerlo, siempre que sea gateando y sin distraerme. Mientras esté viendo los juegos soy sordo y ciego para lo demás. Así que no esperes que te atienda, escuche, abra la puerta, vaya a la tienda, coja el teléfono o auxilie al niño que se cayó por el balcón. Si me ves molesto porque mi equipo va perdiendo, evita decir que no es para tanto. Con eso me enfadaré más.
«Claro, puedes sentarte conmigo a ver un juego y hablarme. ¡Pero solo en el medio tiempo! Las repeticiones de los goles me encantan. No importa si me los sé de memoria. Los quiero ver de nuevo muchas veces. Y los resúmenes son tan importantes como los propios partidos. Así que no me digas que si no me aburre ver lo mismo, porque no te haré el menor caso... Ahhhh, y que a tus amigas no se le ocurra visitarnos en estos días. Ni mucho menos casarse, porque a) no iré, b) no iré y c) no iré...»
Exageraciones humorísticas a un lado, estampas muy similares a esta que les acabo de referir matizarán la cotidianidad de la imaginaria cancha televisiva del hogar. Nuestro globo terráqueo parecerá, con sus paralelos y meridianos formando cuadrículas, un balón blanquinegrosuspendido en el espacio. Es que el fútbol es precisamente eso: pasión universal. Hoy las cuatro quintas partes de la población planetaria lo tienen por su especialidad preferida y en la mayoría de los países es el deporte nacional. Lo practican en el desierto con una vejiga de camello hinchada y en la selva con una fruta redonda a guisa de pelota. Sí, el mundo semeja un balón de fútbol. Y muchos pretenden patearlo como si de veras lo fuera.
En Cuba, por una tradición incorporada a nuestro torrente sanguíneo, el béisbolmonopoliza el carisma Pero esta que se avecina será una oportunidad excepcional para cambiar de terreno, de dinámica y de traje por cuatro semanas. No debemos privarnos de ese espectáculo único, aunque todavía la mayor de Las Antillas no esté allí representada.
Sé que muchos compatriotas, de todas las edades, aprovecharán la oferta para echar raíces ante el televisor y disfrutar de un deporte a todas luces bendecido por los dioses. Algunos, precavidos, tomaron vacaciones para la oportunidad. Otros, tal vez menos afortunados, tendrán que contentarse con las transmisiones diferidas, que tienen también su encanto cuando se neutraliza la tentación de conocer a priori el desenlace de los juegos.
Pero a las mujeres no se les debe menospreciar a la hora de los partidos. Ni tampoco colocarles cartelitos en la puerta del refrigerador. Conozco a más de una que dejará gustosa la telenovelapara aplaudir un gol de Messi, un pase de Xavi, una estirada de Casillas o un remate de Cristiano.
Tal vez alguna opte por secundar a una apasionada brasileña, quien, ante la perspectiva de que por causa del mundialsu marido olvide ciertos «deberes», decidió tatuarse los senos como si fueran sendos balones defútboly escribirse ella misma en el abdomen -y para él- este mensaje de advertencia como una tarjeta amarilla: «Oye, papi, ¡no me olvides!»
Desde la etapa de mi niñez cultivé el hábito de guardar dentro de una vieja y cansada maleta cuanto objeto -importante o intrascendente- tuviera algún significado para mi patrimonio sentimental. Así, durante muuuchos años, el vientre del arcón se fue atiborrando de papeles amarillos, fotos descoloridas, relojes inservibles, almanaques vencidos, monedas antiguas, recortes de periódicos, cartas de amor, lapiceros sin tinta, postales de felicitación, agendas usadas, sellos de correos... Anárquicamente en (des)orden, mi fiel maleta parece una auténtica Torre de Babel. En su interior tiene sus coordenadas de localización la zona material de mi sensibilidad.
Cada vez que procedo a organizar su heterogéneo contenido, parte de mi vida desfila ante mis ojos. ¡Encuentro tantas cosas interesantes! Como esta artesanal libretita de notas que ahora tengo en mis manos. En sus páginas llevé un diario personal cuando solo tenía 13 años de edad. Allí mi torpe caligrafía -elemento probatorio que lo legitimiza- reproduce la deliciosa cotidianidad de un adolescente. «Ayer terminé de leer El último de los mohicanos. Es una obra que nunca voy a olvidar», escribí en la pagina correspondiente al 23 de marzo de 1969. Y, como ocurría otrora, el célebre libro de James Fenimore Cooper vuelve a incendiarme la imaginación.
Dentro de esta suerte de cofre de las maravillas que es mi maleta, destellan con intensidad de piedras preciosas mis tesoros sentimentales de antaño. Cada pieza es dueña de su historia y oficia como una página autónoma de mi biografía. Algunas son apenas un simple párrafo, ¡un renglón! Pero la página no sería página sin el párrafo. Ni el párrafo sería párrafo sin el renglón. A las personas huérfanas de fantasía esta obsesión de coleccionista quizás les parezca un tonto derroche de tiempo y espacio. Bueno, de esencias espirituales llevan ociosa muchos la caja del cuerpo.
En fin, a lo que iba. Hace unas semanas, mientras hurgaba en el maremagno de mi atestada maleta, encontré -oculta entre las finísimas hojas de papel cebolla de un ejemplar del Nuevo Testamento-, una postalita de cartulina hecha por mí en mayo de 1968, cuando cursaba el sexto grado. Recuerdo todavía la devoción con que esbocé, coloree, recorté y adherí la florecilla de papel que preside su blanca portada. Era una postal para regalársela a mi siempre venerada mamá con motivo del Día de las Madres. Evidentemente, fue ella quien la guardó allí antes de que yo colocara el pequeño volumen entre mis cosas. El grato y súbito hallazgo me conmovió.
Estuve varios minutos mirando aquel rectángulo de cartulina que alguna vez fue bendecido por el cariño materno. Allí yo había escrito con mano vacilante, ternura infinita y letras en colores, las palabras PARA MAMÁ junto a estos versos de un poeta desconocido: «Mamá, de ti surgieron mis pasos, y hacia ti va mi ternura». Sobre mi remembranza se posó, raudo, el instante en que se la obsequié delante del resto de la familia. Y rememoré cómo le brillaban los ojos mientras la leía; y cómo estampó un beso en mi mejilla; y cómo me aseguró que era la mamá más feliz del mundo; y cómo la recíproca alegría nos hizo llorar y reír en medio del abrazo... No, no se arrojan al cesto de los desperdicios diamantes sentimentales así...
Mi madre murió hace ahorita 14 años. Solo yo conozco cuánto me lacera su ausencia. El tiempo no es bálsamo, sino certeza de lo que no tiene retorno. Pero no preciso de cartulinas entrañables como antídoto contra el olvido. Si desempolvo esta historia es por la cercanía del Segundo Domingo de Mayo. Y hete aquí que se me ocurre volver a regalarle la humilde postal a aquella mujer toda virtudes, 42 primaveras despúés de que mis infantiles manos la pusieron en las suyas. Al tocarla, creo percibir todavía la textura y el aroma de entonces. La recibirá, estoy seguro.Cuando se anhela con las vísceras, se triunfa. Así que ahí te envío de nuevo mi postal, mami...
Desde hace varios años alterno mi profesión de periodista con la de profesor universitario adjunto. La experiencia resulta muy interesante, pues cada semana me ofrece la oportunidad de probarme en el campo de la docencia superior, donde ostento la categoría de Profesor Asistente.
No es miel sobre hojuelas «dar clases», por cierto. Demanda preparación, pues a los estudiantes no se les puede pasar «gato por liebre». Quien lo pretenda se arriesga a quedarse sin respuestas ante las preguntas que ellos formulan cuando perciben improvisación en el encargado de enseñarlos.
El grupo que aparece en la foto -mi pequeña Sofía y yo también figuramos- cursa el cuarto año de la carrera de Comunicación Social. en la Universidad Vladimir I. Lenin, de Las Tunas. Se trata de muchachos y muchachas muy inteligentes y entusiastas, casi todos egresados de institutos preuniversitarios de la provincia y de las vecinas Holguín y Camagüey.
En el semestre pasado les impartí la asignatura Fundamentos del Periodismo. Se identificaron sobremanera con sus contenidos y, al finalizar el período, presentaron y discutieron trabajos de curso de elevado nivel. Conservo en mi archivo esos textos, de los cuales también aprendí. Ahora les diserto sobre una disciplina llamada Gestión de Comunicación. Tanto por una como por otra materias, todos han demostrado gran interés.
Esta foto nos la hicimos en el aula, luego de terminar una clase. No están todos, pero sí la mayoría. Galia Luz, una de mis alumnas -en quien vislumbro a una excelente periodista- se encargó de rotular los nombres: Maritza, Rolando, Zurisadais, Mailín. Juana, Rebeca, Alina, Mairelis, Ivietta, Zoila, Lisandra, Yilieski, Galia, Luz, Analie y Osvanys. Ahhh, y un presente-ausente: Álvaro, que fue quien presionó el obturador de la cámara.
Ayer, 21 de abril de 2010, se cumplieron cien años de la muerte de Mark Twain, seudónimo de Samuel Langhorne Clemens, el gran escritor norteamericano e incansable aventurero que encontró en su existencia la inspiración para animar con todo tipo de personajes sus obras literarias.
Fue durante mi adolescencia mi autor preferido. Durante aquella etapa devoré con voraz apetito cuanto libro publicaron de él en Cuba, a saber: Las aventuras de Tom Sawyer, Ensayos humorísticos, Huckleberry Finn, Narraciones, Un Yanki de Connecticut en la corte del Rey Arturo, Tom y Huc en dos novelas, El Príncipe y el Mendigo... Todavía los conservo en mis estantes.Sí,Mark Twainmarcó una época lectiva en mi generación.
Su finísimo humor y su sarcasmo inigualable quedaron reflejados en frases simpáticas e ingeniosas que han pasado a la historia. Veamos...
ALGUNAS DE SUS FRASES CÉLEBRES
-Al Paraiso lo prefiero por su temperatura y al Infierno por su compañía.
-Dejar de fumar es fácil, yo lo he hecho más de cien veces.
-No existen mujeres feas, sino bellezas raras.
-Prefiero un joven escarabajo a una vieja ave del paraíso.
-Al cumplir los 70 años me he impuesto la siguiente regla de vida: no fumar mientras duermo, no dejar de fumar mientras estoy despierto y no fumar más de un solo tabaco a la vez.
-El alcohol es malo, pero el agua es aún peor: ¡te mata si no bebes!
-Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
-El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.
-Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.
-Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda.
-Cuando era más joven podía recordar todo, hubiera sucedido o no.
-Si dices la verdad, no tendrás que acordarte de nada.
-Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.
-Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.
-El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos usted se quedaría afuera y su perro entraría.
-Si la verdad es nuestro más preciado tesoro, bien haremos en economizarla.
-Nunca he permitido que la escuela entorpezca mi educación.
-Fue maravilloso descubrir América, pero hubiera sido más maravilloso no encontrarla.
-El público es el único crítico cuya opinión es digna de tenerse en cuenta.
UNA ANÉCDOTA
Mark Twain visitó a su vecino para pedirle prestado un libro.
-Lo lamento -dijo el hombre-, pero no puedo prestarle ninguno. He perdido tantos libros que decidí que no salga uno más de mi casa. Sin embargo, lo invito a que venga a leerlos en mi biblioteca.
Mark Twain no dijo nada y se sentó a leer un libro.
Días después, el vecino llegó a visitar a Mark Twain para pedirle prestada su cortadora de hierba:
El escritor sonrió amablemente y le dijo:
-Perdóneme, pero he tomado la firme resolución de que ninguno de mis utensilios salga de mi propiedad. Usted puede, si lo desea, venir a servirse de cualquiera de ellos aquí en mi jardín.
OTRA ANÉCDOTA
Mark Twain era un hombre extraordinariamente despistado. En una ocasión en que viajaba en tren, el inspector se le acercó y le pidió el billete. El escritor buscó en los bolsillos, en la cartera, dentro del libro que leía, por todas partes, y nada, ¡el billete no aparecía! Entretanto el inspector lo había reconocido. Y le dijo: -Sé quién es usted, el autor de Las aventuras de Tom Sawyer. No se moleste en buscar el billete, estoy convencido de que lo extravió.
Y Mark Twainle respondió: - No es por usted por quien lo busco. Necesito encontrarlo para saber dónde me debo bajar, porque no recuerdo dónde voy.
El periodismo deportivo escrito me ha resultado siempre un sector fascinante. Y no solo desde el punto de vista informativo -obviamente, su razón de existir-, sino también por el colorido, la originalidad y el gracejo que su singularísima manera de decir puede asimilar cuando cuenta con el respaldo profesional de una pluma con talento e imaginación.
El fútbol es, quizás, entre todas las disciplinas, la que mayor creatividad genera en el momento de redactar. Lo he confirmado durante varios años en la prensa deportiva española, cuyas páginas en Internetvisito y disfruto regularmente en mi condición de seguidor del Barcelona, el multicampeón club de Cataluña, hoy en la cima de la exigente Liga ibérica.
En materia de creación de metáforas, el discurso periodístico del bien llamado «deporte de las multitudes» exhibe un variado surtido. Es difícil no esbozar una sonrisa ante algunos de sus postulados. Veamos.
-Desaparece la carroza y queda la calabaza (Así tituló el diario El Mundo Deportivo cuando el Real Madrid no pudo superar al club francés Lyon y vio frustrado su sueño de llegar a la siguiente fase de la Champions League. Es una simpática analogía que alude al cuento infantil Cenicienta).
-La Galaxia II acaba en un agujero negro (titular del diario Sport, de Barcelona, también cuando el drama madrileño ante el Lyon. La metáfora funciona, pues esta versión del club merengue, por su cantidad de estrellas, es conocido por Galaxia II. El «agujero negro» fue el equipo galo).
Los cuatro goles que Lionel Messi, el crack del Barcelona, le encajó al club inglés Arsenal en el partido de vuelta de los cuartos de finales de la Champions League, provocó una avalancha de titulares y criterios originales y simpáticos, reflejo de la calidad de este futbolista fuera de serie. Lean:
-«Messi parece un jugador de Play Station» (afirmó Arsène Wenger, director técnico del club Arsenal, comparando el desempeño del temible goleador argentino con la perfección de un ciberjuego).
-La noche del Messi-as (título del diario colombiano El Espectador, que aprovecha las posibilidades del apellido Messi para sugerir Mesías, personaje bíblico en el que se ha depositado una gran confianza).
-Im-Messionante y Sublimessi (cibertítulos de 20 Minutosy Marca, respectivamente, que, mediante la formación arbitraria de palabras, insinúan una actuación impresionante y sublime de Messi.
-Para que queremos a un Cristiano si ya tenemos a un Dios (sugerente y original titular del diario catalán As, que toma partido por Lionel Messi (Dios) en la comparación con el portugués Cristiano Ronaldo).
Los cuerpos de las informaciones suelen ser también joyas de creación léxico-semántica. En este párrafo del diario Marca, el periodista evalúa con sentido figurado el juego del Real Madrid y de sus estrellas:
«Más que un coro, sobresalen los solos de sus futbolistas. El fútbol del Madrid es comida rápida, fast food. Pero por muchas bombillas que reunió el entrenador, el Madrid siguió a oscuras, sin luz. Si acaso algún chispazo de Guti. El equipo acaba metido en un túnel a oscuras en el que sólo Cristiano parece saber dónde está el interruptor de la luz».
Este párrafo es del periódico catalán El Mundo Deportivo. Habla de Lionel Messi y de su juego: «Messi funciona como si fuera un viejo músico de jazz, siempre reconocible y, sin embargo, distinto cada noche. Improvisa sobre la misma partitura, la banda le sigue y toca con una fidelidad religiosa y la hinchada pide que no pare la música».
Y este otro de As, cuando el Chelsea inglés perdió frente al Barcelona en el estadio Camp Nou, el día 7 de marzo de 2006. Intenta demostrar metafóricamente que no es el dinero lo que hace poderoso a un equipo de fútbol. Es una indirecta a José Mourinho, por entonces técnico del club, y a Abramovich, el multimillonario ruso, dueño del equipo en el que se gastó millones para fichar estrellas. Dice la reflexión comparativa:
«Este barco construido a precio de yate de lujo por Mourinho con el dinero de Abramovich, cuando navega más allá del Canal de la Mancha no pasa de ser un petrolero. Muy grande y poderoso, pero al que nadie se subiría para ir de vacaciones».
Estos que siguen son algunos flashazos que guardo celosamente dentro de una carpeta como alhajas de creación periodística:
-El Barcelona es el equipo con más calidad por centímetro cuadrado (valoración de Marca sobre la calidad colectiva del equipo catalán).
-Condenado al exilio del banquillo (metáfora de Aspara referirse a la larga etapa de José María Gutiérrez (Guti) en el banquillo del Real Madrid).
-Un dominio sobre el terreno más estadístico que real (original manera de La Vanguardiade evaluar el juego de un equipo, más allá de las cifras).
-Se ajustó el mono de trabajo en el primer tiempo y luego se vistió de etiqueta en el segundo (evaluación del juego del Getafe por El País).
-Al Barça le costó 49 minutos abrir la caja fuerte de Sergio Kresic (esta metáfora del diario As reseña las dificultades que enfrentó el Barcelona para anotarle un gol al hermético guardameta del Numancia).
-Guardiola alumbró en su mente el método para que las piezas volvieran a engranarse sin chirriar (El Mundohabla sobre ciertos ajustes en la alineación realizados por Guardiola, el DT del Barcelona).
-Los de Rijkaard se
diluyeron por el desagüe y de allí a la alcantarilla (juicio del periódico madrileño El Mundo por el
pésimo juego desarrollado por el Barcelona frente al Real Betis).
Me admira -y me alegra- la voluntad de este periodismo por atenuar el uso de la terminología técnica del deporte
para apelar a la seducción mediante otros recursos. Eso los lectores lo agradecen. En la
medida en que quienes escriben sobre el tema se expriman las neuronas para
buscar opciones más originales y atractivas de presentar sus materiales, el
deporte consolidará su protagonismo en los medios de difusión masiva.
Hoy, 3 de abril, mi pequeña hija Beatriz cumplió cuatro añitos de vida. Quisimos obsequiarle una jornada feliz. Es, por cierto, lo que intentamos cada día. Porque, si de hacer dichosos a hijos e hijas se trata, las conmemoraciones deben parecerse a la cotidianidad. Antes de las siete de la mañana, su hermanita Sofía y yo le cantamos a dúo y a pie de lecho «Felicidades». Beticase restregó los ojos, se desperezó, nos dio las gracias y, acto seguido, dio buena cuenta de su biberón. Luego todo fue prisa, pues debíamos llegar a tiempo a un espacio citadino del que ambas son fans: el Café Fiñe, cuyo espectáculo para niños frecuenta cada sábado la grey infantil tunera. Cuando estuvieron emperifolladas y listas -incluso con sus carteras en ristre-, cogimos calle y llegamos en 15 minutos al Café... Por fortuna, nos correspondió una de las mesas de la parte delantera. Eso propició que ellas disfrutaran desde un primer plano de la actuación de los payasos que tanto les gustan. Al ratoBetica fue invitada a subir al escenario. Y allí la payasita actuante, al tanto de su festividad, hizo que el público le dedicara a viva voz un «Felicidades» tan bonito y bien entonado que mi niña hasta se emocionó. Cuando terminó la función, partimos a toda carrera para el Teatro Giñol, distante apenas una cuadra de allí. Una excelente titiritera del grupo Los Zahoríesescenificaba en su retablo El Patito Feo. Sofía y Beatriz tomaron asiento y no perdieron ni un solo detalle de la puesta en escena. La jornada les reservaba una agradable sorpresa: la fortuna las favoreció en una rifa, y regresaron a casa con un libro y una flor. En el horario de la tarde le celebramos su fiesta con amiguitos, cake, refrescos, fotografías y música. Beticase divirtió de lo lindo y ya está pensando en su quinto cumpleaños.¡Felicidades, mi niña!
A pesar de su levedad en la geografía nacional, el actualmente fuera de servicios Puerto de Manatí figuró durante varias décadas como uno de los más activos e importantes de la costa nororiental cubana. Muchos barcos mercantes de diferentes banderas lo planificaban en sus itinerarios. Y era frecuente que algunos, procedentes de la vecina Nuevitas, se arrimaran a recargar a sus espigones de madera para aprovechar las aguas profundas de su fondeadero.
Nacido en un contexto dulce –a pesar de lo salobre de su medio natural- el rubro de exportación del Puerto de Manatí tuvo siempre efluvios de azúcar. El producto se trasladaba en gruesos sacos de yute por la vía del ferrocarril, desde los almacenes del desaparecido central «Argelia Libre», hasta los costados de las naves ancladas en la rada. Las grúas y los obreros se encargaban después de acomodar la carga en las bodegas.
Entre los buques que con mayor asiduidad recostaban sus costillares al muelle del Puerto de Manatí estaban los soviéticos, a quienes los lugareños llamaban, genéricamente, rusos. Tan pronto se resolvían los trámites aduanales, sus tripulantes tiraban la escalerilla, echaban pie a tierra y recorrían el poblado. Durante el periplo, trababan amistad con la gente. Casi siempre de esa relación salía pactado un partido de fútbol.
Los portuarios le profesan enormes simpatías al más universal de los deportes. De ahí que jugar contra los rusos, más que gentileza con el visitante, deviniera motivo legítimo para auto-regalarse 90 minutos de placer. Accedían entonces a topar en aquel «terreno» de diente de perro, donde una caída –fortuita o provocada- podía remitir a la víctima directo a la enfermería. Aún no me explico cómo algunos portuarios lograban patear con fuerza los balones con sus pies completamente descalzos.
Sospecho que no existen estadísticas fiables acerca del saldo de más de 30 años de fútbol cubano-soviético en el Puerto de Manatí. Pero puedo testificar -porque fui a menudo espectador- de que la victoria sonrió tanto a unos como a otros. Los partidos, por cierto, no solían concluir de manera pacífica. Las obscenidades y las injurias -en ruso y en español- retumbaban entre los mangles cercanos. No era necesario ser experto en los idiomas de los bandos enfrentados para identificarlas. Abundaban las riñas entre los jugadores por encontronazos violentos o por decisiones parcializadas de los árbitros, que, como el lector supondrá, eran siempre locales.
Lo curioso de aquellos contactos deportivos era que, al escucharse el silbatazo final, vencedores y vencidos confraternizaban sin rencores, con independencia de moretones faciales, magulladuras epidérmicas y taquiques fracturados. Los rusos invitaban a sus anfitriones a subir a bordo para compartían juntos vodka, caviar y pan. A la tercera copa, los portuarios eran capaces de bailar una mazurca y los rusos de cantar La Guantanamera. El idioma no fue jamás obstáculo para la comunicación.
Losjuegos de fútbol entre los tripulantes de los barcos soviéticos y los vecinos del Puerto deManatí, allá por los años 70 y 80 del siglo pasado, son evidencias del nivel que alcanzaron las relaciones de amistad entre la patria de José Martí y la de Vladimir Ilich Lenin. Fueron épocas de goles y de mercurocromo que todavía hoy, al cabo del tiempo y a pesar de la geopolítica, muchos habitantes del carismático poblado recuerdan.
La humanidad progresista celebra cada 21 de marzo el Día Internacional contra el Racismo. Juzgar a las personas por el color de su piel es como calcular el valor de un libro por su portada. Cuando alguien me habla, no tengo en cuenta la raza a la que pertenece, sino los sentimientos que profesa. La práctica social más detestable que existe es el racismo.
La declaración formulada por la UNESCO en 1967 sobre racismo y prejuicios raciales contiene tres puntos fundamentales, a saber: a) Todos los hombres que viven en nuestro tiempo pertenecen a la misma especie y descienden del mismo tronco. b) La división de la especie humana en «razas» es convencional y no implica ninguna jerarquía en ningún orden. c) En el estado actual de los conocimientos biológicos, no podemos atribuir las realizaciones culturales de los pueblos a diferencias de potencial genético: éstas se explican totalmente por su historia cultural. Basta invertir estos términos para obtener una radiografía del racismo.
No existen las razas. La única que existe es la humana.
El texto siguiente es una manera de cómo deben ser tratados los racistas:
RACISMO EN LAS ALTURAS
En un avión comercial que hacía el vuelo Nueva York-París, una pasajera que viajaba en clase económica se dirige a la azafata:
-Señorita, esto es un ultraje imperdonable, ¡venga usted acá! -demanda.
-¿Cuál es el problema, señora? -pregunta la joven -. ¿En qué puedo servirla?
-¿Pero no lo ve? -responde, airada, la mujer-. Me han sentado junto a un negro. No soporto estar al lado de uno de estos seres. ¡Exijo que me den inmediatamente otro asiento o me quejaré a la Compañía en cuanto llegue!
-Por favor, cálmese -dice la azafata-. Casi todos los asientos estan ocupados. Veré si hay un lugar disponible.Enseguida le traigo la respuesta.
La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde:
-Señora, no hay ya ningún lugar libre en la clase económica. Acabo de hablar con el comandante de la aeronave y me confirmó que no hay sitios disponibles. No obstante, tenemos un lugar en primera clase.
Antes de que la mujer pudiera decir una palabra, la azafata prosiguió:
-Es inusual en nuestro servicio permitirle a alguien que viaja en la clase económica permutar para el área de primera clase. Pero, en vistas de las circunstancias, el comandante considera que sería escandaloso obligar a una persona a permanecer sentado junto a un ser tan repugnante.
Y dirigiéndose con suma cortesía al pasajero negro, la azafata le dice:
-Si el señor lo desea, tome su equipaje de mano. Un asiento en primera clase le espera. Le desemos una feliz estancia en nuestro vuelo.
Y todos los pasajeros que asistían a la escena se levantaron y aplaudieron.
Se llamaba Francisca Agüero Mayo. Pero eso casi nadie lo sabía. Para sus vecinos, familiares y amigos ella fue siempre, sencillamente, Paquita. Nació el 28 de agosto de 1926 en el tunero barrio de El Oriente. Sin embargo, casi toda su existencia transcurrió en Manatí, a donde fue a residir cuando se casó con mi padre el 4 de diciembre de 1954. Nieta del coronel mambí Calixto Agüero y Agüero, en su personalidad convivieron el carácter y la ternura. Se pasó toda la vida haciendo el bien a los demás y sacrificándose por su familia. Hipertensa crónica con récord personal de presión máxima de 280 mmHg, murió de un colosal infarto cardíaco el 14 de julio de 1996. Cuando desapareció ya nada volvió a ser igual. Incluso las orquídeas del patio que ella cultivaba con devoción de jardinera marchitaron sus pétalos. Aunque nunca se lo dije -me remuerde a veces no haberlo hecho alguna vez- a mi madre le debo todo lo bueno que me ha ocurrido, que no ha sido poco. Jamás querré con similar intensidad. Nunca se borrarán de mi memoria su alma generosa y su rostro venerable. El almanaque no tiene un día -¡un solo día!- en que yo no la recuerde.
MI PADRE INOLVIDABLE
Hoy, 27 de mayo de 2019, mi padre cumpliría 100 años de noble y limpia existencia. Pero la vida, o el destino, o la Providencia, o Dios, o quien haya sido, no se lo permitió, y solo pudo celebrar 62. Fueron suficientes para dejar en mi corazón y en mi memoria una huella entrañable, profunda y eterna. Los buenos padres suelen ser así, inmortales. No, definitivamente, padre no es cualquiera. Papi nació en un asentamiento rural llamado San Isidro, próximo al poblado de Gaspar, en la provincia de Ciego de Ávila. Sus padres lo bautizaron con el nada convencional nombre de Juan Evangelio, que luego él y mi madre me endilgaron cuando me trajeron al mundo. A Manatí arribó en 1945, de la mano de un amigo instalado previamente en la localidad. Tan pronto desempacó, formó parte de la Guardia Jurada, un cuerpo encargado de la tranquilidad ciudadana y de la protección del antiguo ingenio azucarero. Después de 1959, la Empresa Eléctrica le encargó la tarea de leer todos los metros contadores del municipio y después cobrarles a sus propietarios las correspondientes facturas. Para esa fatigosa dualidad recorría cada mes varios kilómetros, enhorquetado en su bicicleta rusa, a la que le sonaban todos los tornillos, pero que nunca lo dejó botado en el camino. Cierro los ojos y me parece verlo tocado con su sombrero de yarey (tejido expresamente para él por un haitiano amigo) y con sus espejuelos en trances de equilibristas sobre la punta de la nariz, mientras escribía números en un libraco repleto de tarjetas con los nombres de los clientes. En casi todas las casas a donde llegaba le brindaban café, chucherías o echaba un parrafito sobre cualquier asunto. Madrugador incorregible, sobre las seis de la mañana ya estaba en pie, listo para hacer la primera colada del día al socaire de los poetas repentistas -una de sus grandes aficiones-, a quienes escuchaba en un radio VEF que le regalamos un día de su cumpleaños en reemplazo de aquel vetusto RCA Víctor de madera y válvulas. Tampoco se perdía Alegrías de Sobremesa, y se divertía de lo lindo con las ocurrencias de la mulata Estelvina y de Paco Carrasquillo. Mucho menos dejaba de ver San Nicolás del Peladero, con su admirado alcalde Plutarco Tuero, en aquel estresante televisor blanco y negro, marca Westinghouse, siempre lleno de lloviznas y de interrupciones. Lo evoco también haciendo puré de tomate en un equipo que él mismo se inventó, capaz de simplificar enormemente la tarea. O sembrando hortalizas en una pequeña parcela que teniamos al fondo de la casa. Mi padre fue un hombre de un carácter sumamente alegre, siempre con una jarana a flor de labios y gran amigo de los niños. «Morales, los niños no te respetan porque juegas demasiado con ellos», lo recriminaba mi madre cuando lo veía darle un pellizco a uno o esconderle la pelota a otro. Con mi mamá formó una pareja memorable. Por lo menos en mi presencia, nunca los escuché discutir por ningún motivo. Tenía con ella detalles bonitos, aunque también la hacía rabiar cuando le preguntaba la edad delante de terceros, a sabiendas de que -como muchas mujeres- le tenía aversión a ese tema. Mis relaciones con él siempre fueron de excelencia. Muchos consejos me dio y pocos escuché. Cuando uno es joven, siempre que sucede igual pasa lo mismo. Hoy diera la vida por una sola de sus recomendaciones. A pesar de los años transcurridos, aún me remuerde la conciencia por las veces en que le «robé» menuditos de sus bolsillos mientras él echaba un pestañazo al mediodía. Por entonces, con una peseta se le podían comprar dos barquillas de helado casero al que los vendía por las calles con su nevera montada sobre un carretón. No obstante, me consuela pensar que papi se percataba de mis escamoteos y que se hacía el dormido para no interrumpirlos. En mis tiempos de estudiante becado, no solo estaba al tanto de mi situación disciplinaria y académica, sino que, incluso, aceptó ser el presidente del Consejo de Padres cuando cursé estudios de Educación Física y Deportes en el Fajardo. Eran tiempos de limitaciones –cualquier parecido con la realidad actual no es pura coincidencia-, por lo cual llegué a usar, ocasionalmente, parte de su humilde ropero, en especial unos horribles pantalones de gabardina que alguna vez formaron parte de trajes de etiqueta. Hasta el momento en que enfermó, nunca le habían dolido ni los cayos. Incluso, el día anterior a su súbito malestar nos habíamos tomado unos tragos (aunque nunca fue un bebedor) en compañía de unos amigos. Tuvimos que correr con él para Tunas. «Síndrome de Guillain-Barré», diagnosticaron los médicos que lo evaluaron en el recién inaugurado hospital Ernesto Guevara. Tan rara enfermedad tiene ahora un tratamiento eficaz, pero, en aquella época, quien la padeciera tenía escasas posibilidades de salvación. Mi padre no pudo eludir la acechanza y, a los tres días de su ingreso, el 10 de septiembre de 1981, falleció.
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